7 de junio de 2013

Capítulo cuatro.



Peter, ¿estás despierto? —Lali ya sabía que sí, pues no paraba de moverse ni de refunfuñar. Él tardó unos segundos en responder, como si dudara entre decir la verdad o fingir que no la había oído.

Sí, estoy despierto —contestó al fin con un suspiro—. ¿Tú tampoco puedes dormir? —Estiró el brazo para encender una luz, pero Lali lo detuvo.

No, no enciendas la lámpara.
Peter volvió a meter el brazo bajo las mantas y se apoyó en un costado para mirar a Lali  Por la ventana de la habitación se colaba la luz de la luna y la de las luces que había en la calle, así que podía ver la silueta de ella y distinguir el brillo de sus ojos verdes.

Hacía años que no dormía con alguien —empezó Peter, pero antes de que pudiera continuar, las risas de Lali lo detuvieron—. No te rías... ya sabes a qué me refiero.

Sí, claro. —Ella hizo un esfuerzo por dejar de reírse—. Tranquilo, no voy a poner en entredicho tu virilidad. Ya me imagino que no tienes problemas en ese sentido.

Hubo un silencio, y finalmente Peter añadió:
Quizá tenga más de los que te imaginas.

¿A qué te refieres? —preguntó Lali colocándose también de costado para poder verlo, aunque en la oscuridad él fuera sólo una sombra.

No sé, supongo que estoy cansado de que las relaciones que tengo, a pesar de que las mujeres sean distintas, sean todas iguales. No sé, a veces me gustaría saber que hay alguien especial para mí. No es que quiera casarme, ni nada por el estilo..., me gusta mi vida tal como está. —Tomó aire—. Es sólo que me gustaría saber que esa persona existe. Bueno, no me hagas caso. Vamos a dormir.

Peter se volvió hacia el otro lado, dándole la espalda.
Seguro que existe.

Lali pensó que él no la había oído, y cuando iba a intentar dormirse por enésima vez, Peter habló de nuevo:
¿De verdad lo crees? Recuerdo que de pequeño veía a tus padres besarse y me preguntaba por qué los míos no lo hacían. Luego lo entendí. Los míos no se querían, pero aun así habían tenido un hijo, y se pasaban los días amargándose mutuamente la existencia hasta que se divorciaron. Mi madre, bueno, si es que puedo llamarla así, volvió a casarse en seguida, y se olvidó de mi padre y de mí. Si ni siquiera ella fue capaz de quedarse conmigo y quererme sin condiciones, es difícil de imaginar que pueda encontrar a alguien que lo haga. Así pues, creo que es mejor no buscar a nadie; de este modo me ahorro el mal trago y puedo seguir disfrutando de mi vida tal como está. —Se frotó los ojos—. No sé por qué te cuento estas cosas.

Estoy segura de que existe alguien especial para ti, alguien que te querrá pase lo que pase, y que será incapaz de olvidarte. —Para intentar calmar los latidos de su corazón, optó por cambiar de tema—: ¿Te acuerdas de cuando cumpliste diecisiete años?

Sí, claro. Me regalaste Charlie y la fábrica de chocolate. Aún lo guardo. ¿Por qué?

¿Sólo te acuerdas de eso?Lali dio gracias por la oscuridad que ocultaba el sonrojo que seguro que ahora cubría sus mejillas.

No. También me acuerdo de que te besé. —Peter se volvió de nuevo hacia ella.

Fuiste el primer chico que me besó. —Notó cómo él sonreía—. Nunca lo he olvidado, fue muy especial. Tuvo todo lo que se supone que tiene que tener un primer beso. Peter, estoy convencida de que conocerás a alguien que hará que todos los besos sean perfectos, que logrará que tu vida sea especial... Sólo espero que, cuando lo hagas, te des cuenta y sepas conservarla.

¿Crees que seré tan estúpido como para no saberlo?

No sé. A veces uno tiene delante de las narices lo que necesita para ser feliz y no se da cuenta. Fíjate en tus padres; los dos sabían que no estaban bien juntos, y sin embargo, tardaron años en hacer algo al respecto.

Supongo que tienes razón. Espero ser más listo que ellos.

Seguro que lo eres. —Aprovechando la valentía que le daba el estar a oscuras, preguntó—: ¿Quién es Eugenia?

¿Por qué quieres saberlo?

—No sé, supongo que, ya que somos amigos, podré asesorarte sobre si ella es ese alguien especial o no.

¿Tú y yo somos amigos?Peter no sabía qué eran él y Lali  De pequeño, había sentido un vínculo especial con ella. Al hacerse mayor, descartó todos esos sentimientos. Para él, Lali era ahora la hermana de Pablo. Pero si era sólo eso, ¿por qué quería levantarse y acostarse junto a ella, aunque sólo fuera para abrazarla? Afortunadamente, Lali respondió antes de que su mente pudiera tomar caminos más complicados.

Espero que sí.
Lali se movió para colocarse bien en la cama, y la mente de Peter volvió a dirigirse a lugares muy peligrosos. Bueno, dime, ¿quién es Eugenia?

Nadie. —Al oír que ella refunfuñaba, añadió—: Está bien, supongo que sí es alguien, o mejor dicho, era alguien.Era una chica con la que pasaba algún fin de semana. Ya sabes.
Salíamos por ahí, y cuando nos apetecía...

Se acostaban.Lali terminó la frase por él.

Vamos, no me digas que tú nunca has tenido una relación así.

Pues no, nunca la he tenido. Y espero no tenerla —respondió ofendida—. El sexo así es como hacer gimnasia; sólo sudas y no sientes nada.

Tienes razón..., pero a veces con eso es suficiente.

—Para mí no.

—Me alegro.

—¿Por qué?

—Porque no me gustaría que te conformaras con tan poco.

Buenas noches, Peter.

—Buenas noches, Lali... y gracias por la conversación.


El domingo amaneció nublado y Nana los despertó a eso de las diez para que pudieran desayunar con ella antes de regresar a Londres. Después de la charla de la noche anterior, entre Peter y Lali había algo muy especial; no era sólo «el principio de una gran amistad», que lo era, ni una mera atracción física, que también existía y era muy potente. Era más bien como si ambos se hubieran dado cuenta de que entre ellos había magia; de esa de la que se habla en las películas y en las grandes novelas. Pero como ninguno de los dos sabía muy bien qué hacer con ella, iban con cautela para no estropearla ni echarla a perder. Nana, que desde que había visto a su nieto con Lali era la mujer más feliz del mundo, decidió darles tiempo y margen de maniobra y se juró que sólo intervendría si Peter era tan idiota como para dejar escapar a la única chica capaz de hacerlo sonreír. A las doce ya habían recogido todas sus cosas, y se despidieron de Nana con besos y abrazos, no sin que ella les hiciera prometer a ambos que regresarían a pasar otro fin de semana con ella el mes siguiente. A Peter le hizo prometer además que, como siempre, la llamaría una vez a la semana. Hechas todas las promesas pertinentes, Lali y Peter se subieron al coche y se dirigieron directos a Londres, donde al día siguiente iba a empezar una nueva etapa de sus vidas.

¿Estás nerviosa por lo de mañana? —preguntó Peter cuando ya estaban de nuevo en su apartamento.

Un poco.Lali se mordió el labio inferior—. Mucho.

No lo estés —sonrió él—. Ya verás como todo sale bien. La gente de tu sección es fantástica. Victorio, el jefe del departamento, es uno de mis mejores amigos. Seguro que te ayudará mucho y que con él aprenderás un montón de cosas.

No estoy nerviosa por eso. Seguro que todo el mundo es fantástico.

Entonces, ¿de qué tienes miedo? —preguntó Peter sin entenderla.

De hacerlo mal —contestó ella sin mirarlo.

¿De hacerlo mal? Vaya tontería. Pues claro que lo harás mal.

—¿¡Qué!

—Quiero decir —prosiguió él antes de que Lali pudiera recuperarse de su asombro— que es normal que hagas mal ciertas cosas cuando empiezas un trabajo nuevo. Pero estoy convencido de que aprenderás rápido, y de que pronto lo tendrás todo bajo control.

—¿Lo dices en serio?

—Claro. Por muy hermana de Pablo que seas, no te habría contratado si no creyera que estás capacitada para el puesto. —Le apretó la mano para transmitirle su confianza.

Gracias —dijo Lali mirándolo a los ojos, y tuvo que hacer un esfuerzo para no echársele encima y abrazarlo allí mismo—. Por todo.

No tienes que darme las gracias —contestó Peter sin apartar la mirada de la suya—. Cuando los conozcas a todos, no estarás tan contenta. —Le guiñó un ojo. Lali sonrió y apartó la mano de debajo de la suya.

Debería acostarme. Seguro que me costará dormir y mañana tengo que estar fresca. Buenas noches.

—Buenas noches, enana.
Al oír que Peter utilizaba el diminutivo por el que la llamaba de pequeña, se dio la vuelta.

Buenas noches, Peter.
Lali se volvió de nuevo y se dirigió a su habitación, pero antes vio que él se había sonrojado.
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LO SÉEE, LO SIENTO. NO TENGO JUSTIFICACIÓN POR NO SUBIRLES. 
Estuve con exámenes y bue...
Acá traigo el capítulo :D
Ahora que estoy de vacaciones os subiré más seguido. ¿Quieren maratón? :3
Besos.

12 comentarios:

  1. No pasa nada, pero sii quiero maaaraton! :D

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  2. ME ENCANTAAAAA!! MARATON MARATON MARATON

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  3. buuueniiisima!! sii sii sii Maraton!!!!

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  4. K sutiles k son.Peter le reconoce k aun conserva el libro.

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  5. ADORO la relacion que tienen =) es tan lindo que de la amistad salga el amor =)

    en serio terminaste ya? que suerte, yo hasta el 28 de junio estoy "pringa" con examenes =S espero que a ti te haya salido todo GENIAL!

    espero con muchas ganas el proximo cap BESOS!

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  6. Love is in the air... Jajaja me matan estos dos quieren las mismas cosas pero tienen miedo. Que Nana los ayude !!!!
    Espero mas
    Besos

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  7. Mee ennnncannntaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa quiero mas nove jajja

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  8. Son tan lindos, haz maraton!!!
    Tengo nove en mi blog http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/
    apenas va por el capitulo 6, te espero!
    Besos..

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  9. La vas a seguir o no?

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