26 de marzo de 2013

Capítulo dos.




Terminé de servirle al tipo y tomé su dinero. Aunque no tenía idea de cómo funcionaba la caja registradora. Estaba parada ahí mirándola confundida; era una de esas electrónicas con pantalla táctil. No tenía idea de qué se suponía que hiciera para abrirla. Moviéndome en tensión, involuntariamente levanté una mano tentativa, pensando que apretar algunos botones era lo que debía hacer. 
Justo cuando estaba a punto de comenzar a presionar una larga secuencia de botones, esperando que algo sucediera, dos brazos se cerraron alrededor mío desde atrás y me hicieron saltar. Peter tomó el control de mi mano, guiándola hacia la pantalla. 

Toca aquí —ordenó, golpeando con mi mano la parte superior derecha de la pantalla. Un menú apareció con pequeños recuadros con los nombres de las bebidas. Sentí un sonrojo subir por mi rostro de cuán cerca esta él. Su duro, ejercitado cuerpo apretado contra mi espalda; su aliento voló a través de mi mejilla, haciéndome sentir acalorada y perturbada—. Sólo presiona la bebida que serviste. Serviste cuatro Happy hours. —Él continuó golpeando mi mano en el icono «oferta especial» hasta completar cuatro veces—. Entonces dale clic a Total. Luego Efectivo —expresó, moviendo mi mano hacia los lugares correctos. Luego la caja del efectivo se abrió hacia mí rápidamente. Su otra mano fue a mi cintura, retirándome hacia su cuerpo, para que la caja no me diera en el estómago—. Querrás tener cuidado, una cosita linda como tú podría salir herida por la gran caja malvada —susurró en mi oído, haciéndome temblar. Entonces se había ido, dejándome ahí, todo mi cuerpo vibrando, mi boca levemente abierta y mi respiración saliendo en suspiros entrecortados. 
Mi mente daba vueltas con pensamientos sobre lo deseable que él era. 
Después de recomponerme, le serví a otras personas, cuando de pronto vi a Euge mirando alrededor para encontrarme. 

¡Euge! —grité. Ella no respondió y siguió mirando con preocupación—. ¡Euge! —Tomé un cubo de hielo y lo lancé hacia ella. Su cabeza se alzó con sorpresa mientras le daba en el hombro. 
Ella inspiró y miró hacia mí, confundida, antes de sacudir la cabeza y caminar hacia mí, gesticulando. 

¿Qué diablos haces? —preguntó, riéndose. 

Le di un pequeño guiño. —Nuevo empleo. ¿Logro convencer como barman? —pregunté, guiñándole. 

Se rió más fuerte —En serio Lali, ¿qué estás haciendo tras el bar? 

Fui a servirle al chico que estaba al lado de ella para poder hablarle. —Peter estaba solo, la gente se estaba molestando y pensé en ayudarlo. —Levanté un hombro. 

¿Y quién es Peter? —preguntó ella, levantándome una ceja. Indiqué sobre mi hombro hacia su espalda. 

Euge lo observó—. ¡Oh, lindo trasero! —Lo admiró, riendo tontamente. 

Lo voy a ayudar hasta que el otro chico regrese de su descanso, entonces voy y te busco —dije sobre mi hombro mientras me alejaba para servir a alguien más. 

Claro, diviértete —replicó, haciendo un guiño. 

Realmente me estaba divirtiendo mucho; los chicos estaban flirteando conmigo como locos. Me negué a servir a personas a menos que estuvieran cantando y bailando, por lo cual la gente estaba divirtiéndose mucho mientras esperaba ser servida, lo que hizo a Peter reír. Me habían dicho que guardara la propina y tenía alrededor de $40 metidos en una jarra bajo el bar. Aunque no podía quedármelos, pues correspondían a Peter. No tuve mucha oportunidad de hablar porque estaba muy ocupado, pero lo rocé al pasar junto a él algunas veces, enviándole sonrisas coquetas. Sin embargo trataba de no hacerlo; él era demasiado viejo para mí y probablemente pensaba que tenía 21 en vez de 17, sí que probablemente no debería estar anhelándolo como lo hacía. 
Después de una media hora, el trabajo comenzó a decaer porque se había acabado la happy hour. Peter se acercó y se detuvo a mi lado. 

Gracias por esto, realmente aprecio tu ayuda —dijo él, pasándome un vaso que contenía un cóctel blanco y cremoso. 

¿Qué es esto? —Fruncí el entrecejo. No parecía muy apetitoso. 

Él sonrió irónico. —Se llama «Orgasmo Gritado». Y pensé darte uno como agradecimiento —declaró, haciendo un gesto hacia mí. 

Me ruboricé como nunca y balbuceé. —No se llama así. 

Así se llama. ¿Nunca has tenido uno? —preguntó, levantando sus cejas inocentemente, aún cuando su irónica sonrisa claramente mostraba que no era para nada inocente acerca de esto. 

Ok, bueno supongo que puedo flirtear con él, eso no hace daño en todo caso. 
¿Uno gritado? —pregunté achicando los ojos, como pensando—. No lo he hecho, ni creo que lo haya probado, sería el primero —declaré, tratando de no ruborizarme mientras lo decía. 

Bueno me siento honrado. —Él dio un golpecito sobre mi nariz mientras caminaba a servir a alguien más. Tomé un gran sorbo de la bebida y casi me atraganté; era asquerosa y tenía tanto alcohol que quemó mi garganta—. ¿No te gustó? —preguntó pareciendo herido. 

Lo siento, supongo que tuve mucha confianza en tu habilidad —repliqué, devolviéndoselo, aun haciendo gestos mientras me limpiaba la boca con la palma de mi mano. 
Él rió y golpeó el fondo del vaso inclinándose sobre el bar, mirándome. Dinamita, de Taio Cruz comenzó a sonar y yo grité excitada. 

¡Me encanta esta canción! —chillé, bailando y cantando junto con la música. 

Él sólo me miró con una sonrisa divertida en su rostro. —Guau, cantas fatal —se rió. 

Rodé los ojos y agarré su mano, tirándolo hacia mí. —Baila conmigo, una retribución viendo que el orgasmo que me diste fue una decepción —lo desafié. 

Él rió y puso las manos en sus caderas, acercándome más a él mientras comenzamos a bailar. Puse una mano sobre su duro torso mientras bailábamos muy cerca uno del otro, haciendo vibrar y arder con necesidad todo mi cuerpo. Demonios, él es tan ardiente. Mi respiración salía en rápidos alientos, quería desesperadamente que me besara, aunque yo era claramente muy joven para él. 

Salgo dentro de una hora, cuando los otros dos barman lleguen aquí, qué te parece si te invito a un trago o algo de comida como verdadero agradecimiento —sugirió, corriendo un mechón de cabello de mi cara con sus dedos. 

No quería beber nada más, pero estaba bastante hambrienta y podría tomar algo de pizza u otra cosa justo ahora. —Estoy bastante hambrienta —admití, mordiendo mi labio y pensando. Realmente no debería ir con él, ni siquiera conozco este chico, no debería salir con él, deberíamos quedar sólo como conocidos… 

Genial. —Él sonrió deslumbrante, sus ojos brillaban. Desesperadamente quería que encendieran las luces para poder ver su color, deberían ser azules o verdes, eran demasiado luminosos para ser cafés, definitivamente. 
Justo entonces un hombre vistiendo la camiseta negra igual a la de Louis, levantó un lado del bar y caminó dentro, mirándome consternado. —¿Qué demonios estás haciendo dejando a un cliente entrar aquí? —preguntó, sacudiendo su cabeza pero con una sonrisa auto-suficiente a Peter. Él obviamente pensó que estábamos en algo. 

Lali estaba ayudándome mientras se aglomeraban los clientes por la happy hour —explicó Peter, levantando sus hombros, sus ojos no se alejaron de los míos—. Entonces, ¿puedes darme tu número para poder llamarte cuando termine? —preguntó mirándome esperanzado mientras sacaba su móvil, sosteniéndolo hacia mí. Asentí y marqué mi número excitada—. Estaré una hora más aquí —dijo, guiándome hacia la abertura en el bar. Justo cuando estaba por salir tomó mi mano, deteniéndome—. 
Espera, olvidé darte algo. —Dio un paso hacia delante con una sonrisa asomándose por los costados de sus boca. Lo miré con curiosidad. ¿Qué olvidé? 

Inclinó su cabeza rápidamente y me dio un beso ligero, sólo duró un segundo. Sus suaves labios parecían encajar perfectamente con los míos. Estaba ciertamente muy sorprendida para besarlo de vuelta. Cuando se alejó me sonreía con superioridad, estaba claro que me veía sorprendida. Todo mi cuerpo pedía más y quería agarrarlo, romperle la ropa y que me tomara en medio del bar. 

Eee… Si… bueno… Yo… mmm… sí —tartamudeé, sintiendo cómo me subían los colores a la cara de nuevo. 

Él golpeó suavemente mi nariz de nuevo. —Honestamente eres muy mona. —Se rió y volvió al bar, cerrándolo tras él y alejándose sin una mirada hacia mí. 
Susurré feliz y me abrí camino hacia mis amigas que aún seguían bailando. Divisé la espalda de Euge, se estaba besando con algún tipo. Rodé mis ojos y me encaminé hacia mis otras amigas, Rocio y Caridad. 




_________________________________________________________________________________

MARATÓN:
+10 comentarios.


19 comentarios:

  1. Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton Maraton

    ResponderEliminar
  2. me encato el pap suve otro mas

    ResponderEliminar
  3. Maraton !Maraton !Maraton !

    ResponderEliminar
  4. mas novela porfavor.... siiiii

    ResponderEliminar
  5. mas mas mas mas mas mas mas

    ResponderEliminar
  6. que linda novela me muero

    ResponderEliminar
  7. me encanto muy linda thu novela me mata

    ResponderEliminar
  8. peter entero canchero pero me mata de lo lindo que es

    ResponderEliminar
  9. No vas a poner mas? Maraton +10

    ResponderEliminar
  10. OK, esto es seriamente adictivo.

    ResponderEliminar
  11. Peter muy seguro d si mismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :O me encanto no pare de sonreir jajaja :) muy bueno peter y lali muy seguros los dos jajaja un pequeño beso que te deja sin respiracion jajajaja hay quiero maaaass!!

      Eliminar