29 de enero de 2013

Capítulo diez.

                                                            MARATÓN








Es muy difícil sorprenderme. Desde que me volví psíquica, Luz es la única que puede hacerlo, y créanme, ella nunca se cansa de buscar nuevas maneras de asustarme. Pero cuando desvío mi mirada de mi mano a la cara de Peter, él solo sonríe y dice, —quería devolverte esto— y después me da mi copia de Cumbres Borrascosas. 

Y aunque sé que suena raro y un poco loco, en el momento en que él habla, todo el salón se calla. En serio, como si en un momento estuviera lleno de pensamientos incongruentes y voces, y luego todo fuera: ______. — ¿Estás seguro que no quieres quedártelo? Porque yo en realidad no lo necesito, ya sé cómo termina. — Y aún cuando él remueve su mano de la mía, es un momento antes que las cosquillas terminan.

—Yo sé también cómo termina, — él dice, mirándome de una manera tan intensa, tan íntima, que rápido miro a otro lado. — ¿qué estas escuchando?— Dice cuando estoy apunto de ponerme a escuchar música. 

Y todo el salón se calla de nuevo. En serio, por esos breves segundos no hubo ni un pensamiento, ni un susurro; lo único que había era el sonido de su suave y melodiosa voz. Todo está completamente bloqueado por el sonido de sus palabras. Miro de reojo, notando como mi cuerpo se ha vuelto todo tibio y eléctrico y preguntándome qué podría estar causando eso. Es decir, no es que nunca hayan tocado mi mano antes, pero nunca había experimentado nada remotamente parecido a esto.

—Pregunté qué estás escuchando. — Él sonríe una sonrisa tan privada e íntima que hace que mi cara se sonroje.

—Oh, eh, es solo un mix gótico que mi amiga Cande hizo. La mayoría son canciones viejas, canciones de los 80s. — Me encojo de hombros incapaz de apartar mi vista cuando miro a sus ojos, tratando de determinar el color exacto de ellos.

— ¿Eres gótica?— me pregunta arqueando las cejas, sus ojos escépticos haciendo inventario de mi larga coleta morena, mi sudadera azul oscuro y mi piel limpia sin ningún maquillaje.

—No. En realidad no. Cande es la que está metida en todo eso.

— ¿Y tú? ¿Qué es lo que te gusta a ti?— sus ojos fijos en los míos, su cara con expresión claramente burlona y justo cuando estoy a punto de responder, el Sr. Amadeo entra. Luego Peter se acomoda en su asiento y yo respiro profundo y bajo mi capucha, sumergiéndome nuevamente en mi mundo. 

______________________________________________________________________________

Chicas, no saben cuanto me alegro que os guste la adaptación! Siento que el trabajo que estoy haciendo vale la pena! Gracias :)
Y perdón por no publicar antes, se me fue internet :| Bueno, ahí tienen un poco más de Peter. 5 comentarios y sigo con la maratón. 
Besos <3

7 comentarios: