27 de enero de 2013

Capítulo dos.











Solía ser una adolescente normal. El tipo de chica que asiste a los bailes del instituto y adora a los famosos. Estaba tan orgullosa de mi larga melena castaña que jamás se me habría ocurrido recogérmela en una cola de caballo y ocultarla debajo de una gran capucha de una sudadera. Tenía una madre, un padre, una hermana menor llamada Rocío y un perro labrador llamado Buttercup. Vivía en una casa bonita, en un buen vecindario, en Entre Ríos, Argentina. Era popular, feliz, y no podía esperar a que comenzara el tercer año de secundaria, ya que acababa de superar las pruebas para entrar al grupo de animadoras. Mi vida estaba completa y el cielo era mi límite. Y aunque sé que la última parte es un cliché total, también es irónicamente verdad. Sin embargo, desde el accidente, la única cosa que puedo recordar claramente es mi muerte.

Los medico creyeron que sufrí lo que ellos llaman una ECM, una "experiencia cercana a la muerte" pero se equivocaron. Porque créanme no había nada "cercano" en ello. Mi hermana pequeña Ro y yo estábamos sentadas en la parte trasera del todoterreno de mi padre, con la cabeza de Buttercup apoyada sobre el regazo de Rocio, mientras su cola golpeaba suavemente mi pierna, y lo siguiente que sé es que los airbags habían saltado, el coche estaba destrozado, y yo lo observaba todo desde afuera. Yo miraba fijamente los restos –los cristales destrozados, las puertas caídas, el parachoques delantero contra un pino en un mortal abrazo- preguntándome qué salió mal, esperando y rezando para que el resto también hubiera salido. Entonces oí un ladrido familiar, y me di la vuelta para verlos caminando por un sendero, con Buttercup meneando su cola y mostrando el camino.

Fui detrás de ellos. Al principio intentando correr y alcanzarlos, pero luego despacio, disfrutando de la vista cerré mis ojos protegiéndolos de la deslumbrante niebla que reflejaba y brillaba y hacía que todo resplandeciera prometiéndome que solo sería por unos segundos que no tardaría en seguirlos de nuevo pero cuando volví a mirar, sólo me dio tiempo para verlos sonreír y despedirse y cruzar el puente, apenas unos segundos antes de que desaparecieran.

Me aterré. Miraba a todas partes. Corrí sin rumbo, pero sólo se veía lo mismo – la cálida, blanca, resplandeciente, brillante, hermosa, estúpida, eterna niebla. Y me caí al suelo, sentía frío, mi cuerpo entero temblaba, gritaba llorando, maldiciendo, suplicando, haciendo promesas que sabía que nunca podría cumplir. Fue cuando escuché a alguien decir:
— ¿Mariana? ¿Te llamas así? Abre los ojos y mírame —. Sentía una herida palpitante y húmeda en la frente, miré fijamente al chico que se inclinaba hacia mí, contemplando sus ojos oscuros y susurré,
— Lali, me dicen Lali — después volví a desmayarme.





Hola chiquis. Espero que les haya gustado el 1º cap. Acá les traigo el 2º de la nove. Para que no se líen, les digo ya que este capitulo solo habla del pasado, NO del presente. Uy, uy, ¿quién será el misterioso chico? Todo eso y más en el próximo cap.
Es importante que lean la tabla de los colores del aura, así saben que pasa. 
Besos a todas las lectoras. Espero que os guste.

Por cierto, si quieren que les envíe el libro 'Eternidad', avisen.


Si necesitan algo me pueden encontrar en: twitterfacebookask y en laoctavallave@gmail.com.

7 comentarios:

  1. Peter entra en q cap?

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  2. me encanta!!! y gracias por ofrecerte a mandar el libro, igual prefiero leerla acá ;) besos y espero más nove!!!

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  3. y me olvidé de decirte por tw pero si quieres y puedes acá te dejo como sacar la verficación de comentarios ;)

    https://pbs.twimg.com/media/BBGFoRHCYAEwW6P.jpg:large

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