26 de julio de 2013

Capítulo catorce.

MARATÓN:
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Lali se pasó todo el fin de semana con Simón, pero no se quedó a dormir en su casa porque no quería que cuando ella se fuera, Peter y él dejaran de ser amigos. Simón la consoló lo mejor que pudo, y le dijo que estaba seguro de que Peter también lo estaba pasando muy mal.

Lali no tenía ni idea de lo que Peter había hecho durante el fin de semana. Aunque apenas había dormido en los últimos dos días, el lunes por la mañana se levantó, se vistió y se fue a trabajar como siempre. Lali no iba a permitir que su historia con Peter le estropeara también eso. No quería que nadie se diera cuenta de que tenía el corazón hecho añicos. No porque se avergonzara, sino porque no quería que Peter se enterara. Por su parte, Peter estaba agotado. Se había pasado prácticamente todo el fin de semana escondido en el gimnasio. No pensar en Lali lo estaba consumiendo y ya se le estaban acabando las ideas. En la revista, estaba un poco mejor, pero cuando alguien le comentaba lo bien que Lali hacía su trabajo o lo dulce que era, volvía a empeorar. Para evitar encontrarse con Lali en el apartamento, de noche iba al gimnasio un par de horas a ver si así se cansaba y podía dormir, pero ni así lo lograba. Al salir del gimnasio se compraba algo de comer e intentaba prepararse para el peor momento del día: entrar en casa. Cada noche se decía a sí mismo que estaba a punto de lograrlo, que al día siguiente ya no sentiría esas ganas de besarla, y que cuando la viera ya no se le aceleraría el corazón.
El miércoles, Lali estaba almorzando con Lucas y Candela en una cafetería al lado del trabajo y Lucas le tomó la mano, la miró a los ojos con cara de preocupación y le preguntó:

—Lali, ¿qué pasa con Peter?
Haciendo uso de sus recientemente adquiridas dotes dramáticas, respondió:

—Nada, ¿por qué lo preguntas?

—¿Nada? —Luca le soltó la mano enfadado—. ¿Cómo que nada? ¿Acaso no lo ves? ¡Está agotado, más delgado y con un humor de perros!

—Lali, Luca tienen razón, algo le pasa —añadió Candela—. Estamos preocupados por él. Es nuestro amigo, y no tenemos ni idea de lo que lo tiene tan agobiado. Además, con los problemas que tenemos ahora en la revista necesitamos que esté al cien por cien.

Lali necesitó unos segundos para procesar toda la información. Ella sabía que era imposible que ellos supieran nada de su relación, así que no tenía ni idea de qué estaban hablando.

—¿Qué tipo de problemas? —A Lali ya le estaban sudando las palmas de las manos.

—Bueno, no sé si debería contártelo, es una especie de secreto, pero ya que eres tan amiga de Peter  supongo que puedo confiar en ti —dijo Candela—. ¿Conoces la revista The Scope?

—Sí, bueno, la he visto en los kioscos y Peter tiene algunas en el departamento. ¿Por qué?

—Últimamente, algunos reportajes que teníamos previsto publicar aparecen «milagrosamente» en esa revista una semana antes que en la nuestra —añadió Luca también susurrando.

—Bueno, somos una revista de información de actualidad, es lógico que los reportajes se parezcan. No es que haya muchos temas para tratar, ¿no?

—No, Lali  no es que se parezcan, es que son los mismos reportajes, las mismas fotografías, el mismo ángulo de opinión, las mismas entrevistas. Los mismos. Nos los roban.

—¿Lo entiendes ahora? —dijo Candela.

—Sí, claro.

—Como ves, Peter tiene muchas preocupaciones. Para todos nosotros, la revista es importante, pero para él es su vida —dijo Luca—. Ya que tú vives con él, ¿podrías averiguar qué le pasa?

—¿Yo? —carraspeó ella—. Sí, bueno, podría intentarlo. Pero no creo que sirva de mucho. Tal vez deberías hablar con Eugenia. —Lali no pudo resistir la tentación de hacer ese comentario.

—¿Eugenia? —preguntó Luca perplejo—. No digas tonterías.

—Si tú no eres capaz de convencerlo de que cambie de actitud, nadie podrá hacerlo —añadió Candela sonriendo.

—¿Por qué dices eso?

—Vamos, Lali  todos sabemos que haría cualquier cosa por ti. —Luca le golpeó cariñosamente el hombro—. No te hagas la tonta. Por cierto —miró el reloj—, deberíamos regresar al trabajo.

—Sí, claro, seguro que Nicolás ya ha vuelto. —Candela se levantó y salió apresurada, dejando a Lali sola con Luca.

—¿De verdad estás preocupado por Peter? —se atrevió entonces a preguntarle.

—Sí. Estos días se lo ve muy cansado y menos concentrado. No sé qué le pasa; no creas que no se lo he preguntado, pero su respuesta estándar es «Nada. Todo va bien, como siempre». En fin, espero que tú tengas más suerte y que averigües algo. Vamos, tenemos que regresar.

Lali volvió al trabajo, pero pasó la tarde pensando en cómo podía ayudar a Peter. Una cosa era que él no la quisiera, ni como amiga ni como nada, pero otra que, con su intento de evitarla a todas horas, acabara agotado y pusiera en peligro su trabajo. Tenía que hablar con él.
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13 comentarios:

  1. me puse al día preciosa, perdón por atrasarme, estoy malita... eso solo me pasa a mi jajaja ayer no pude ni subir, pero ahora que estoy mejor, me pongo a full con todas! ya te puse en mis novelas en mi blog así me sale enseguida! me encantó y espero qe puedas hacer maratón, pero seguro que si un besito @cf_planzani_cat

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  2. la unica forma que lo puede ayudar es que Peter acepte que la quiere y se olvide del hermano de Lali, Pablo los quiere a los dos y si tienen algo lo a a tener que aceptar. Peter no puede vivir sin amor, y menos teniendo que convivir con Lali, le está ahciendo daño, tanto emocional como físicamente y eso no es bueno para él.

    espero mas novee =) BESOS

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  3. Y Peter k no es capaz d arriesgarse,cobardica.Si se arriesgo antes....podria haberse arriesgado.

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