4 de mayo de 2013

Capítulo treinta y siete.

PRÓXIMO CAPÍTULO:
+20 FIRMAS.



YA CHICAS! Ya puede conseguirlo. Acá os dejo el capítulo! :D 
Fue solo un susto.
____________________________________________________________________________________________


CAPÍTULO 37:

Esa noche no pude dormir. Después de estudiar con Pablo, me llevó a casa y de inmediato me llamó Peter y hablé con él hasta bien pasada la medianoche. Estaba cansada, pero no podía relajarme lo suficiente para dormir. Apagué mi alarma incluso antes de que sonara y me senté en el borde de la cama, acunando mi dolor de cabeza en mis manos. Me vestí lentamente, matando un poco el tiempo. Mi teléfono móvil sonó en mi bolso, así que lo saqué esperando que fuera Euge, no lo era, era Peter. Sonreí y contesté con voz cansada.


Hola, preciosa. Me dijeron que faltaste porque realmente estás mal y me preguntaba si podría ir un poco más temprano hoy a tu casa. Cuando estés lista, estoy afuera, te espero —respondió.

Agarré mi mochila y le grité a mi mamá que me iba temprano y luego me dirigí hacia la puerta rápidamente. Prácticamente corrí hacia su jeep, tan emocionada de verlo que mi cuerpo estaba comenzando a sentir un hormigueo y pinchazos. Subí a su auto y suspiré con satisfacción mientras él me sonreía.

Buenos días —susurró, su mirada recorrió mi cara—. Te ves como si no hubieras dormido bien.
Me eché a reír y me acerqué más a él en el asiento, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.

¿Eso fue una forma educada de decir me veo horrible esta mañana? —le pregunté, fingiendo estar ofendida. Él sonrió y sacudió la cabeza lentamente, trazando con su dedo mi mejilla ligeramente.

Para mí nunca te ves horrible. Sólo te ves como si necesitaras un par de horas para dormir, tal vez deberías dormir en mi casa esta noche. Parece que siempre duermes bien en mi cama —murmuró, rozando ligeramente su nariz con la mía.

Sólo deja de hablar y ¡bésame ya! —Se lo ordené, tratando de parecer severa.

Sonrió. —Sí, Srta. Esposito—dijo, chocando sus labios con los míos. Sonreí contra sus labios y presioné mi cuerpo al suyo.


La mañana era casi dolorosa. Cada segundo se sentía como una hora, cada hora se sentía como un día.
En todo lo que podía pensar era en el director preguntando y haciendo sus investigaciones. Candela estaba alrededor caminando, sonriéndome con satisfacción. Pablo, Dios bendiga su corazón, estaba a mi lado e hizo un par de comentarios sarcásticos hacia ella, parecía muy ofendida por ello.
En el medio de mi clase de español alguien llegó con una nota y se la entregó a la profesora. Ella inmediatamente se acercó a la parte delantera de mi escritorio y me miró con curiosidad.

Al director le gustaría verte, Mariana —dijo, señalando hacia la puerta. Asentí.

El director se había acercado a Euge esta mañana, preguntándole por Vic. Ella confirmó todo. Había alentado al director para que hablara con Pablo también y sobre lo que me contó él, esa reunión había ido bien también. Pablo le había dicho que yo sólo hablaba de Vic, sin parar y que estaba completamente enamorada de él, pero que él no lo había conocido todavía.

Me dirigí a la oficina y tomé un par de respiraciones profundas, recuperando mi confianza. Mientras me dirigía a la puerta de la oficina y levantaba la mano para tocar, se abrió antes de que mi mano pudiera hacer contacto con la puerta. Peter se dirigía fuera de la oficina, el director Torres detrás de él, obviamente viéndolo salir educadamente. Los dos estaban sonriendo.

Oh, Mariana, gran sincronización. Entra —dijo el director entusiasmado.

Gracias por tener todo solucionado tan rápido, Mariano. Es agradable saber que hay una red de apoyo aquí, algo como esto podría haber sido desastroso si no se hubiera manejado de la manera profesional y oportuna como lo hiciste — dijo Peter.


Besa culos —le susurré en voz tan baja, que el envejecido director no habría sido capaz de escucharme.
Oí reír a Peter mientras cerraba la puerta detrás de mí, dejándome en la oficina a mi suerte con el director.
Él sonrió.

Está bien, Mariana, espero que sepas por qué estás aquí. Te dije que iba a investigar la denuncia que se hizo y lo he hecho. Como seguro estabas esperando, la acusación ha sido falsa. Siento mucho que hayáis sido arrastrados por todo esto. No estoy seguro de si solo fue una broma inofensiva o si la denuncia fue hecha con maliciosa intención, pero ten por seguro que el denunciante será tratado adecuadamente. No seré amable con quienes desperdician mi tiempo, especialmente con los que inventan mentiras acerca de uno de mis maestros jóvenes más prometedores. —Frunció el ceño con enojo y sentí una oleada de tristeza por Candela. Ella estaba en serios problemas por la expresión de su rostro.

¿Qué significa eso? —le pregunté, queriendo saber cuál sería su castigo, pero al mismo tiempo no queriendo saber realmente. Suspiró y tomó su pluma, golpeándola en el escritorio inconscientemente. El sonido rítmico comenzó a volverme loca casi de inmediato.

Ella ya ha sido suspendida del instituto por una semana. Va a ser despojada de su papel de jefa de animadoras, pero le he permitido permanecer como parte del equipo porque no quiero que el equipo sufra. Lanzani estuvo de acuerdo con que el castigo era suficiente. Él ha sido muy comprensivo y atento acerca de todo el asunto. Tienes suerte de tener un maestro talentoso y brillante —dijo, sonriendo con cariño. Bien, bien, gracias por tu tiempo y probablemente deberías ir a clase. ¿Necesitas una nota para explicar por qué llegas tarde? —preguntó, abriendo cajón por cajón, obviamente en busca de papel.

No, está bien: tengo clase con el Sr. Lanzani en estos momentos. Creo que va a entender porqué se me hizo tarde —me reí. —. Oh, ¡espera! Me dijo que fue quitado el puesto de jefa de las porristas. ¿Eso quiere decir que era Candela Vetrano la que trató de meterme en problemas? —le pregunté, ya sabiendo la respuesta.

Peter me sonrió cuando entré en su clase. Capté la mirada de Euge y asentí. Una sonrisa se extendía a través de su cara mientras parecía relajarse también. Cuando sonó la campana final, guardé todo y me fui sin decir nada a Peter. Enlazando mi brazo con el de Euge, saliendo por las puertas delanteras. Vic estaba allí de pie, apoyado contra el costado de su coche, luciendo caliente como de costumbre. Sonreí mientras caminaba y él se movía, sacando un enorme ramo de tulipanes rojos por detrás de su espalda, sosteniéndolos para mí.

Fruncí el ceño, un poco desconcertada mientras caminaba hacia él. La gente estaba parada observándonos. Un chico ardiente estacionado en la zona de prohibido estacionar, sosteniendo un ramo de flores, no era algo que sucedía todos los días en nuestro instituto. Cuando llegué hasta él, sonrió y me entregó las flores.

De Peter—susurró, dando un paso más cerca de mí. De repente me di cuenta de por qué Vic estaba aquí, más testigos para nuestra relación falsa. Yo sólo deseaba que Peter me hubiese dicho que había arreglado esto, así no hubiese estado tan sorprendida.

Eso es muy dulce, gracias, Vic —dije efusivamente. De pronto envolvió su brazo alrededor de mi cintura y me acercó más a él. Él sonrió y chocó sus labios contra los míos, besándome por cuarta vez.
Gemí contra sus labios pero no traté de alejarme. Cuando por fin se apartó, le sonreí torpemente. 

Preferiría que Peter me diese ese regalo en persona —bromeé en voz baja sobre el beso, sabiendo que no había nadie lo suficientemente cerca para escuchar nuestra conversación. 

Se echó a reír. —No, eso era de mi parte —respondió, encogiéndose de hombros. Golpeé su brazo y jadeé. Cerré los ojos y me reí en voz baja mientras me llevaba a su coche. Vic era realmente muy divertido y simplemente no pudo resistir la oportunidad de burlarse de la vida de su hermano.

****
La siguiente semana fue una semana normal. 
La gente hablaba sin parar sobre Candela, sin embargo. No se podía caminar por el pasillo el día siguiente a su suspensión, sin que alguien mencionara su nombre. La especulación comenzó inmediatamente acerca de por qué había sido suspendida y degradada de capitana de las animadoras. Cuando ese terrible lunes por la mañana llegó por fin, di un paso vacilante en el instituto. El brazo de Pablo estaba firme alrededor de mi hombro para apoyarme. Los susurros brotaron de todos a mi alrededor, la gente dejó lo que estaba haciendo y miraban hacia el pasillo mientras diez personas iban caminando por él, disparando preguntas una tras otra a la chica en el centro del grupo. Tragué saliva mientras sus ojos se encontraron con los míos. 
Pablo se acercó a mi lado y se inclinó para susurrar en mi oído, sentí su aliento acariciar mi mejilla, pero no escuché lo que decía. 

Solo vete, Pablo. Quiero hablar con ella en privado, tenemos asuntos pendientes —ordenó Candela, mirando a Pablo que estaba de pie junto a mi protectoramente. Él se echó a reír. 

¿Crees que me voy alejar porque haces ese sucio gesto con la mano? —Enseñó su dedo del medio—. Sí vale, lo que tú digas, cariño —se burló, rodando los ojos. Se volvió hacia mí—. ¿Quieres salir de aquí? Hay un mal olor persistente en esta área. 

Quiero hablar contigo, ¡ahora! —susurró, con voz amenazante y hostil mientras me cogía del brazo. 

Tú y yo no tenemos nada que decirnos la una a la otra. 

Oh, creo que tenemos mucho de qué hablar. Ahora, ¿vamos a hacer esto en privado, o en medio del pasillo?—escupió. 

—¿Los baños? —sugerí. Asintió y giró sobre sus talones de diez centímetros, pavoneándose allí, lanzando su pelo sobre su hombro con un movimiento de cabeza. Hice una mueca y la seguí.

Cuando llegué allí, ella inmediatamente giró la cerradura de la puerta para que nadie más pudiera entrar con nosotras. Vi cómo ella puso su bolso de Gucci en el mostrador, moviéndolo ligeramente hasta que estuvo feliz con ello. Probablemente estaba preocupada acerca de que se dañara; probablemente costaría lo suficiente como para reacondicionar los destartalados baños de la escuela. 

Bueno, ¿tienes algo que decirme? —espetó, con los ojos duros y acusadores. Levanté una ceja. 

Claro que tengo, pero nada de muy buen gusto —ofrecí, encogiéndome de hombros, sonriéndole dulcemente. Frunció el ceño. 

¡No puedo creer que te has salido con la tuya! Tú eres la que hace algo ilegal y yo soy la que tiene suspensión —vociferó, lanzando sus manos arriba con exasperación. —. ¿Qué ve un tipo como él en una chica como tú de todos modos? Quiero decir, mírate —susurró ella, recorriendo sus ojos por mi cuerpo lentamente, con una desagradable mueca en su cara. —No eres nada especial, pero sin embargo te besó. 

¿Por qué me odias tanto? —le pregunté, moviendo la cabeza en confusión. 

—¡Porque lo tienes todo! —gritó ella, frunciendo el ceño hacia mí. 
¿Yo... qué? —fruncí el ceño, ella debía haber perdido el sentido de la realidad de algún modo. Se apartó de mí, con los hombros caídos mientras caminaba hacia el lavabo y agarraba el borde firmemente. 

Tú tienes todo, y ni siquiera lo ves. Siempre he estado celosa de ti, ¡tú y la estúpida Eugenia Suárez! Ugh, siempre estuvieron juntas en el instituto, cada año se volvieron más y más cercanas y yo todo lo que conseguí eran amigos falsos que querían usarme por un poco de popularidad y el estatus de mis padres. Tus padres vienen a los paridos del instituto, ellos se interesan en ti, se preocupan por ti, pero mi familia prefiere tirar el dinero en mí que pasar un minuto en mi presencia —murmuró, en voz tan baja que tenía que esforzarme para oírla. Se rio, pero sin sentido del humor. Jugueteó con su bolso, moviéndolo de nuevo, más cerca de mí por alguna razón, probablemente por miedo de mojar la pequeña y carísima cosa.—Vosotros os encontrasteis desde el primer día de instituto. Todos los chicos acudían a vosotras, debido a su capacidad de reír y bromear. Luego, a medida que fuisteis creciendo, les gustaba vuestro estúpido cabello color miel y ojos marrones. Yo odiaba nunca haber tenido nada parecido a lo que vosotras teneis. Entonces vino... Pablo —dijo ella, su barbilla temblaba cuando dijo su nombre. Supe en ese mismo momento que yo tenía razón, ella sentía algo por él.

¿Te gusta Pablo? —le pregunté con voz débil. Ella resopló y sacudió la cabeza un poco con demasiada fuerza. 

¡De ninguna manera! ¡Como si fuera posible! No es más que, uf, es tan frustrante y... ¡no! —dijo ella, cruzando los brazos sobre el pecho defensivamente. Contuve una sonrisa. —Lo que sea, yo no estoy aquí para hablar de él —dijo ella, agitando su mano con desdén antes de lanzar su pelo sobre su hombro—. Quería hablar contigo acerca de en cuántos malditos problemas me metí por decir la verdad acerca de tu pequeña aventura sórdida con el Sr. Profesor SEXY. 

Un pensamiento súbito me golpeo. ¿Estaba tratando de engañarme para admitirlo o algo así? No me sorprendería si resultara que el bolso caro que seguía cambiando de lado, tuviera una cinta grabadora allí o algo así. 

¿En serio? ¿Por qué estás tratando de meternos a él y a mí en problemas? No entiendo lo que te he yo hecho a ti para que quieras mentir al director y meter a Pedro en problemas también —le contesté, levantando una ceja. 

Yo no estaba mintiendo y ambas lo sabemos. Estás malditamente enferma por salir con un maestro —gritó ella. Me reí de ella. Estaba frustrada por que su pequeño plan no estuviera funcionando, lo podía ver en su ojos. 

No estoy saliendo con un maldito profesor. ¡Estoy saliendo con su hermano pequeño! ¿No has oído eso esta semana? Oh, espera, por supuesto que no habías oído eso, estuviste suspendida por inventar mentiras maliciosas —le respondí, sonriéndole. Dio un paso hacia mí, su cara era como un trueno. 

Puta —escupió. Sus ojos eran salvajes, como un animal enfurecido o algo así y de hecho un poco atemorizante Sin embargo, me mantuve firme, no había manera de que la dejase intimidarme, si ella quería pegarme entonces yo iba a dar tanto como recibiese, eso era seguro. 

Si me tocas voy a arrancarte ese aburrido pelo rubio tuyo —afirmé. Sus ojos centellearon mientras una mano al instante se deslizó hacia su cabello, alisándolo hacia abajo. 

Vas a tener lo tuyo, princesa de hielo. Será mejor que cuides tu espalda porque voy a vengarme de ti por haberme conseguido suspender, lo juro —gruñó ella. Se dio la vuelta y se dirigió de nuevo al bolso que había dejado a un lado. Saqué mi teléfono móvil de mi bolsillo, rezando para que mi engaño funcionara. 

Candela, espero que sepas que acabo de grabar toda la conversación completa. Si algo me pasa, a mis amigos, o incluso al hermano de mi novio, entonces voy a llevar esa amenaza que acabas de hacer al director. No creo que esté muy feliz de escuchar que estás continuando con tu campaña maliciosa contra mí —mentí—.Ya me ha dicho que si me dabas problemas al volver, entonces yo debía de ir a él de inmediato. 

Tú, pequeña —comenzó, pero la interrumpí con un movimiento de mi mano. —Te odio —gruñó. Asentí. 
Cogió su bolso y se dirigió a la puerta, golpeando su hombro contra el mío mientras me pasaba, casi me derribó. —¡Sólo quédate en el infierno lejos de mí! —ordenó, obviamente eligiendo hacer caso omiso de mi consejo. 

Me encogí de hombros. —El placer es mío —estuve de acuerdo. Sin decir una palabra, ella abrió la puerta y salió. En cuestión de segundos se abrió la puerta nuevamente y ambos, Euge y Pablo, entraron con preocupación en sus rostros. Sonreí débilmente y me encogí de hombros. 

Está bien —les aseguré. Euge sonrió y me acercó en un abrazo. Miré por encima del hombro a Pablo, estaba allí de pie con una sonrisa en su cara, sus ojos desplazándose rápidamente por todo el cuarto de baño. Me eché a reír y rodé mis ojos—. ¿Tan bueno como recordabas? —le pregunté a él. Él se rió y se frotó la parte de atrás de su cuello torpemente. 

La última vez que estuve aquí fue sin duda muy mágico —indico, guiñándome un ojo burlonamente. 
Me ruboricé y sacudí la cabeza, sabiendo que la última vez que estuvo aquí conmigo habíamos tenido una muy intensa sesión de besuqueos. —. Vamos, entonces vamos a salir de aquí antes de que me saquen los mocos a golpes Peter y Nico por estar en los cuartos de baño con sus perras —bromeó, haciendo un guiño a nosotros en broma. Todos nos echamos a reír por su comentario, Pablo siempre sabía cómo aligerar el estado de ánimo y alegrarme. Euge le dio una palmada en la parte posterior de la cabeza, mientras nos dirigíamos hacia la puerta, yo ignoré a las personas que miraban con curiosidad. Me mordí el labio con preocupación. Apenas unos meses más y luego mi carrera escolar habría terminado y podríamos poner todo este desorden detrás de nosotros. Todo lo que tendría que preocuparme entonces sería decirle a Euge que no podría ir a la universidad en Nueva York con ella como estaba previsto. 
_________________________________________________________________________________

22 comentarios:

  1. Cande nunca sera buena?! Tenia ilusion de que se quedara con vico me parece que es mejor el caracter de vic con cande seria el unico qye la podria poner en su lugar

    ResponderEliminar
  2. Hahaha que perra candela haha la odio me macabro
    Me gusta mucho el palpel de vico jaja quiero mss

    ResponderEliminar
  3. ajjajajaja me encantoooo de acuerdo con el anonimo vic y cande una convinacion explosiva jajsaja mas noveklaaaaa

    ResponderEliminar
  4. Pablo es muy lindo,se merece una chica que lo ame porque el es un amor... por fin pudieron dejar fuera de juego a Candela, menos mal que Lali cayó en lo de que podría grabar la conversación, yo también lo pense, Candelita es mu lista.Sera cierto que siente algo por Pablo? quizas ya no pero puede que en algún momento sí.

    QUIERO MAS NOVE!!!!!!!!!! cada vez queda menos para el cunple y la graduación de Lali, así ella y Peter podrán estar juntos <3

    espero el siguiente, me alegro que lo hayas podido arreglar BUENAS NOCHES!

    ResponderEliminar
  5. Me encanta Vic y lali jajajaja

    ResponderEliminar
  6. Sube maaaas, ya hicimos 20 varias veces jaja

    ResponderEliminar
  7. Maraton, maraton, maratooooon

    ResponderEliminar
  8. Jajajajajaajjaaj los recuerds de lalu y pablo

    ResponderEliminar
  9. Me gusta muchoooo la historia! Jaja

    ResponderEliminar
  10. Sube mas capitulos!

    ResponderEliminar
  11. Jajaajajaja vicooooo me mata

    ResponderEliminar
  12. Me gusta mucho la novela

    ResponderEliminar
  13. Estaria lindo ver mas parejas

    ResponderEliminar
  14. Ya quiero que sibas mas:(

    ResponderEliminar