1 de mayo de 2013

Capítulo treinta y tres.


PRÓXIMO CAPÍTULO:
+20 FIRMAS.




Gemí contra sus labios y puse las manos en su pecho intentando empujarlo para alejarlo de mí. Él me giró rápidamente de forma que daba su espalda hacia los profesores que se aproximaban, sus labios dejaron los míos y abrí mi boca para gritarle, pero él habló primero:

¡Shh, te estoy salvando el culo! —susurró, besándome otra vez antes de que pudiera responder.
Tiró de mí acercándome más a él. Me sujetó contra su pecho mientras continuaba besándome con énfasis. Sacudí mi cabeza ligeramente y él se separó del beso, sus ojos todavía bromistas, una sonrisa en sus labios.
Oh, así que esto es lo que él ve en ti —Finalmente me soltó y justo cuando iba a gritarle y a darle un puñetazo en el brazo, se volvió hacia los dos profesores que ahora estaban a solo unos pocos metros delante de nosotros. Vic les sonrió y deslizó su brazo alrededor de mi hombro.

Ups, lo siento. Culpa mía. No van a poner a mi novia en detención, ¿verdad? —preguntó, lanzando una adorable cara de pucheros hacia los irritados profesores. El Sr. Young frunció el ceño.

No deberíais estar haciendo esto en terrenos del instituto, Mariana. Sugiero que dejéis ese tipo de cosas para un lugar menos público. Tragué saliva y asentí. 

Sí, señor. Lo siento —murmuré débilmente. Vic sonrió y dio un paso adelante. 

¿Supongo que es usted un profesor del instituto de mi novia? —preguntó, sonriendo educadamente. 

El señor Young asintió. —Lo soy. La sonrisa de Vic creció pronunciándose más, y yo me quedé aún más confusa. Parecía muy orgulloso de sí mismo por alguna razón, pero yo no lo pillaba. 

Vale, genial. Justamente me estaba preguntando si podría entrar y hablar con mi hermano. Sé que no soy un estudiante del instituto así que me estaba preguntando si necesitaría un pase de visitante o algo de forma que pueda ir a su clase. Es importante —dijo, mostrándole la mirada de «niñito perdido». 
El Sr. Young frunció el ceño, mirando tan confundido como lo estaba yo. 

¿Tu hermano? ¿Es un estudiante aquí? Estoy seguro de que saldrá en un minuto —respondió, agitando su cabeza. 

Vic sacudió su cabeza. —No, mi hermano es profesor aquí. Juan Pedro Lanzani. Realmente necesito hablar con él de algo muy urgente. ¿Cree que mi novia podría mostrarme el camino a su clase? Podríamos parar en la oficina y conseguir un pase de visitantes si necesitamos uno… —fue bajando la voz, aparentando estar pensativo. 

No me había dado cuenta de que Peter tuviera un hermano siquiera. ¿Y estás saliendo con una de sus estudiantes? Eso debe ser un poco incómodo —reflexionó. 

Vic se encogió de hombros. —No es mi problema. Aunque ellos parecen lidiar con ello bastante bien. Tú te llevas bastante bien con mi hermano, ¿no, Lali? Nos hemos estado viendo desde hace un par de meses, así que supongo que han tenido tiempo de acostumbrarse. ¿Verdad, Bombón? —mintió, sonriéndome con suficiencia. 

Sip, Victor —repliqué, sonriendo ampliamente mientras su brazo apretaba mis hombros, machacándome contra el lateral de su cuerpo. Realmente me odiaba cuando le llamaba eso. El Sr. Young asintió, pareciendo un poco sorprendido. 

No veo ningún problema en que entréis en el instituto. Aunque se supone que los visitantes tienen que firmar, así que podríais simplemente acercaros por la oficina primero y firmar. Decidles que el Sr. Young estuvo de acuerdo con que entrarais unos minutos. 

—Genial, y es un placer conocerle, Sr. Young. Peter lo mencionó anteriormente —dijo asintiendo y prendiendo su encanto—. Yo soy Victorio, por cierto. El Sr. Young sonrió y asintió. 

Un placer conocerte a ti también. Adelante, pues —sugirió, señalando las escaleras principales con la cabeza. El brazo de Vic apretó mi hombro mientras me guiaba hacia el edificio. Le di un codazo en las costillas tan pronto estuvimos fuera del alcance del oído. 

¿Qué diablos fue eso? ¡Sabes que tu hermano te pateará el trasero por besarme! —siseé. Se rió y sacudió la cabeza. 

No lo hará, acabo de salvar vuestros culos. Ahora tienes a dos profesores para atestiguar que estás saliendo con el hermano de un profesor. ¿Quién diablos va a creer a una estudiante estúpida por encima de dos profesores? Nadie. —Me sonrió con suficiencia. Tragué saliva. Tenía razón, si Candela iba al director, no tendría ninguna prueba en absoluto,

Vic, ¡eres un maldito genio! —prácticamente grité mientras arrojaba mis brazos alrededor de su cuello, dándole el abrazo de su vida. —Eres el mejor, lo sabes, ¿verdad? 

Así que dime entonces, Bombón. ¿Quién es el mejor besando? —me preguntó, arrojando su brazo alrededor de mi hombro de nuevo y señalando el pasillo para que empezara a caminar. 

¡Tú, por supuesto! —Puse los ojos en blanco y lo ignoré mientras me lanzaba una expresión petulante. 
Lo guié hasta la oficina y nos detuvimos—. ¿De verdad vas a entrar también aquí? —pregunté, mordiéndome el labio un poco nerviosa. Asintió con entusiasmo. 

Sí, voy a ir a escribir mi nombre en ese libro de visitas para que todo el mundo sepa que estuve hoy aquí contigo. Una evidencia extra —explicó, guiñándome un ojo y tomando mi mano, entrelazando nuestros dedos. 

Disculpe, acabo de estar hablando con el Sr. Young, y me dijo que tenía que firmar en calidad de visitante —dijo a la recepcionista. Paseó la mirada entre él y yo con curiosidad. 

¿Qué puedo hacer por vosotros exactamente? —preguntó ella, colocándose hacia arriba las gafas en su nariz. 

 —Simplemente necesito hablar con mi hermano, es profesor aquí. Juan Pedro Lanzani 
Su rostro se iluminó ante la mención del nombre de Peter.

—. Así que, si firmas ahí entonces, lo llamaré y le diré que estás aquí —instruyó, pasándole un bolígrafo. Vic negó con la cabeza. 

No se moleste. Mi novia me mostrará el camino, ¿verdad, bombón? —me preguntó él, guiñándome un ojo. Sonreí y asentí, dejando caer mis ojos hacia el suelo de forma que no tuviera que mentirle directamente en su cara. Terminó de firmar los papeles y le pasó el libro de vuelta. Ella sonrió con coquetería. —. ¿Tiene que firmar Lali el libro también, para demostrar que todavía está aquí conmigo por si hay un incendio? —preguntó, ladeando la cabeza hacia un lado, luciendo muy tierno. 
Yo creo que debe haber algún registro de que Lali está también en el instituto. De lo contrario, podría haberse ido a casa como los otros estudiantes. Si hubiera un incendio no habría ningún registro que dijera que ella estaba todavía aquí conmigo —reflexionó Vic, frunciendo los labios, pensativo. Era un mentiroso consumado, yo le daría diez puntos por ser tan convincente. La recepcionista asintió, todavía mirando insegura mientras empujaba el libro hacia mí. Cuando terminamos, me agarró la mano, balanceándola felizmente mientras caminábamos por el pasillo hacia el aula de Peter. Justo cuando llegamos a su puerta, se abrió, y salió Peter. Se detuvo, saltando un poco porque obviamente no esperaba que hubiera gente fuera de su puerta. 

¡Buff, me habéis asustado! ¿Qué estáis haciendo aquí? —preguntó, sonriendo pero mirando un poco confuso. Vic hizo una mueca y levantó las manos entrelazadas para mostrárselas, mientras que yo sólo me sonrojé como una loca. Los ojos de Peter se posaron en mí. Sonreí como disculpándome, rezando para que no se enfadara conmigo por esto. 

¿Podemos entrar en tu clase? —sugerí con voz débil. Frunció el ceño, sus ojos pasando de nuevo a nuestras manos. 

¿Sí? — Tiré de mi mano apartándola de la de Vic tan pronto como atravesamos la puerta y fui al lado de Peter. Inmediatamente su mano fue hacia la parte baja de mi espalda. Me imaginé que era algún tipo de gesto posesivo subconsciente. 

No te enfades con tu hermano, acaba arreglar todo con Candela —le supliqué, empujando la puerta para cerrarla y chasqueando la cerradura en su momento. De ninguna manera me iban a cazar así otra vez. 

¿Arreglado todo? ¿De qué estás hablando, y por qué estabais vosotros dos tomados de la mano? —preguntó, completamente confundido y todavía estresado por lo que sucedió en su clase anteriormente. 

Acabo de besar a tu novia delante de un par de profesores —dijo Vic, encogiéndose de hombros como si eso fuera un hecho cotidiano. La mandíbula de Peter se tensó. Levantó una ceja hacia Vic, ya luciendo seriamente molesto. 

Más vale que sea una broma —advirtió. 

No, no es una broma. Acabo de salvar tu culo y le dije a un par de profesores que Lali y yo estamos saliendo. De esta forma cuando la chica vaya a decirle al director lo de vosotros dos besándoos, tendréis a otras personas como testigos de que ella está, de hecho, saliendo con tu hermano. —Sonrió con orgullo, obviamente satisfecho con su plan. 

¿Besaste a mi novia? Victorio, ¿qué demonios te pasa? —gruñó, su brazo apretándose en mi cintura. 
Puse mi mano sobre su pecho. 

Creo que es un plan excelente. En serio, piensa en ello. Dos profesores ahora creen que estoy saliendo con Vic, así que eso explica por qué tú y yo parecemos un poco más cercanos que una estudiante y un profesor. Vic también acaba de firmar que ambos estamos dentro del edificio como visitantes. Ahora hay una evidencia documentada que dice que Victorio y yo vinimos aquí juntos. Es un plan brillante —le expliqué, mirándolo suplicante.Tragó con fuerza, el ceño fruncido creciendo en su frente. 

¿No se supone que debo enfadarme porque mi hermano pequeño acabe de besar a mi chica? 

 —Ni siquiera le metí la lengua. ¿No es así, bombón? Apóyame —trinó, sonriendo y sentándose en una de las mesas, aparentando una imagen de tranquilidad. El ceño de Peter se profundizó. —Relájate, no es como si ella admitiera que era mejor besando que tú... oh, espera, ¡sí que lo hizo! —bromeó, sonriendo hacia mí. 

Estaba bromeando, ¿no oíste el sarcasmo en mi voz? —pregunté, poniendo los ojos en blanco. 

No oí el sarcasmo, bombón, tu voz estaba demasiado falta de aliento por la sesión de manoseo —respondió, meneando las cejas hacia mí. Peter le dio un puñetazo en el brazo, lo que hizo que Vic hiciera una mueca de dolor pero se riera al mismo tiempo. Alzó las manos inocentemente—. Estaba bromeando. Dios, relájate, hermano mayor. ¡Ahora mismo debería estar recibiendo agradecimientos, no abusos! 

—Para y piensa en esto. Vic en realidad sólo nos ayudó. Ahora podemos decirle a Candela que le den —le dije, sonriendo. Una sonrisita tiró de las comisuras de su boca mientras me miraba tiernamente. 

¿Qué le den por dónde? —tiró de mí hacia él, aplastando mi cuerpo contra el suyo. Me reí en voz baja y deslicé mis brazos alrededor de su cuello, sabiendo que la puerta estaba cerrada esta vez. 

Que le den por el culo. 

El pomo de la puerta giró, lo que causó que yo y Peter saltáramos lejos el uno del otro. Miré a Vic preocupada, pero él sólo se encogió de hombros y dio un paso a mi lado. La persona llamó a la puerta cuando no pudo abrirla. Peter pasó la mirada de mí a Vic. 

Creo que será Rocío —murmuró, enderezó su camisa. Se acercó a la puerta, desbloqueó la llave y abrió, con una sonrisa falsa en su cara—. Oh, hola —dijo a quienquiera que fuese. 

¿Va todo bien? ¿Cómo es que la puerta estaba cerrada? —dijo una seductora voz de mujer ronroneando.Peter asintió y abrió la puerta, indicándole que entrara.  Sus ojos se posaron en mí y en Vic, y sentí el cuerpo de él sacudirse junto al mío.

Hola, Mariana —gorjeó ella, sonriendo y colocando el bolso sobre la mesa, con los ojos moviéndose hacia Vic por un segundo. 

Hola —le contesté. Miró a Peter con curiosidad, obviamente preguntándose quién era Vic. PEter dio un paso adelante y sonrió. 

Oh, lo siento, este es mi hermano pequeño, Victorio. Esta es Rocío Igarzabal, también es profesora aquí en el instituto —hizo las presentaciones encogiéndose de hombros. Vi surgir una sonrisa en los labios de Vic mientras le estrechaba su mano. 

Es un placer conocerla —Su brazo se deslizó alrededor de mi hombro, tirando de mí más cerca a su lado. Jugó con un lado de mi pelo y vi a la señorita Igarzabal levantar una ceja ante el movimiento. 

Encantado de conocerte —dijo lentamente—. Así que tú y Mariana... —Asentí y abrí la boca para hablar, pero Vic lo hizo primero. 

Oh, demonios, sí, me estoy tirando a una de las estudiantes de mi hermano. Incómodo, ¿verdad? —dijo, riendo cuando le di un codazo en las costillas. El ceño de Peter se profundizó; por suerte estaba de pie ligeramente detrás de la Srta. Igarzabal para que ella no se diera cuenta de su mal humor. 

No creo que la palabra «tirando» sea muy apropiada, Victorio —gruñó. Era evidente que estaba tratando de seguir el juego y mantener la calma, pero no estaba funcionando muy bien para él. Vic le sonrió antes de volverse hacia mí. 
 
Oh... lo siento, bombón. Haciendo el amor —corrigió, lanzándome un guiño coqueto. Sonreí débilmente, tratando de no encogerme mientras él me acercaba más. La Srta. Igarzabal se echó a reír. 

Esto es bastante incómodo —admitió, antes volverse hacia Peter y sonreír—. Espero que no le estés haciendo pasar a la novia de tu hermano un momento difícil en clase, eso podría hacer las reuniones familiares un poco tensas. Peter negó con la cabeza, mirando al suelo cuando Vic besó el lateral de mi cuello. Aproveché la oportunidad para pisarle el pie.

¡Ay! Mierda, cuidado, bombón —jadeó, haciendo una mueca y cambiando su peso sobre el otro pie. 

Lo siento, Victor —le sonreí con dulzura. Me miró como advirtiéndome antes de agarrar mi cara y besarme en plena boca. Antes de que tuviera tiempo para reaccionar, se había ido; miré hacia arriba para ver que Peter había agarrado la parte posterior de su camisa y tiraba de él alejándolo de mí. 

Nada de demostraciones públicas de afecto en el instituto, hermanito. Y usted —me señaló—, tiene detención conmigo el lunes a la hora del almuerzo por esto. 

La Srta. Igarzabal rió. —Es que después de las clases, ya sabes, ¿no puedes ser un poco más tolerante con ellos? Él es tu hermano después de todo, y fue su culpa, no la de Mariana —le persuadió, guiñándome un ojo, obviamente pensando que me estaba ayudando cuando, en realidad, una hora con Peter el lunes era increíble para mí. Una sonrisa tiró de las comisuras de la boca de Peter. 

Si pudiera castigar a ese pequeño gamberro lo haría —dijo, dando a Vic un puñetazo en el brazo un poco más fuerte que si estuviera jugando. Vic movió los hombros para quitárselo de encima. 

Nos vamos. De todos modos, mamá dijo que te asegurases de estar en el restaurante mañana a las ocho. Eso es lo que vine a decirte —dijo. 

Sí, gracias —Peter se encogió de hombros, mirando a la puerta, señalando con la cabeza para que nos fuéramos. Vic tiró su brazo alrededor de mi hombro de nuevo. 

Nos vemos mañana entonces, Peter. Fue agradable conocerte Rocío — Justo cuando llegamos a la puerta se detuvo y miró a Peter—. No tienes ningún condón de repuesto, ¿verdad? 
El rostro de Peter se endureció al instante. Di un grito ahogado y le di un codazo a Vic en las costillas. 
Eso era totalmente innecesario. Estaba intentando hacerle rabiar a propósito. 

Puedo decirte con absoluta certeza que no conseguirás ninguno esta noche, Victorio Lanzani D'Alessandro —gruñí. Idiota. Él se echó a reír y me besó en la mejilla. 

Lo que tú digas, bombón —Hizo un gesto por encima del hombro y me arrastró fuera de la habitación—. Nos vemos luego, hermano mayor —le gritó, riendo maliciosamente para sí mismo. 



31 comentarios:

  1. Jajaja k cabron si k los ayuda pero al pobre d Peter le va a salir la hiel x la boca ,d tantas ironias k se manda su pequeño hermano Vic.

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  2. el gift del cap me encanto =) jajajaa en serio no se ha enfadao? yo pense que al menos un poquito si que se mosqueria aunque luego entrara en razon

    Vico lo busca demasiado, espero que no llegue a encontrarlo... lo del condon fue genial, aunque estuvo de más jajajaja

    espero el siguiente =) BESOS!

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  3. mas nove me encata la nov suve masss

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  4. quierooooooooooooo mas me encanta!! vico es un genio!!!

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  5. que lindo pobre peter jajaja y vic que no sabe aprovechar la oprtunidad para fastidiarlo jajajaja

    subi mas por favorr

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  6. Jajaja me encantaron los capítulos lo siento por no firmar antes pero no esta en casa
    Me reí mucho con vico jajaja súper genial y Peter celoso hahaja

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  7. jjajajajajajaa amo esta novela y este cap me fasinoo

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