15 de abril de 2013

Capítulo diecinueve.



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Me despedí con la mano de Vico una vez acabada la salida y entré a mi casa. Mis padres estaban sentados en el sofá viendo la televisión; me dejé caer junto a mi madre. 

Hola, cariño, ¿pasaste un buen rato? —preguntó, sonriendo. Me encogí de hombros. 

Sí, estuvo bien. 

Eso está bien, Lali. Es agradable verte sonreír otra vez. Has estado tan decaída toda la semana. 

Sí, supongo —murmuré incómodamente. No quería hablar acerca de Peter y ella iba a sacar el tema, lo podía ver venir. Me levanté rápidamente—. Estoy un poco cansada. Me voy a la cama, buenas noches chicos. Oh, Pablo viene a recogerme por la mañana y voy a ir a su casa a estudiar durante el almuerzo
                                                                              ***

Un líquido frío cayó en mi mejilla. Cerré mis ojos más fuerte, limpiando mi rostro. 
Otra gota aterrizó en mi frente, luego otra en mi nariz. Suspiré, pensando de pronto que el techo tenía goteras o algo así. Me senté tan rápido que mi cabeza comenzó a dar vueltas. La risa histérica que me llegó desde la izquierda me hizo saltar y chillar por el shock. Giré para ver a Pablo sentado en el borde de mi cama, un vaso de agua en su mano. 

Buenos días, bella durmiente —canturreó él alegremente. 

¿Me tiraste agua? —lo acusé, limpiando mi cara de nuevo. 

Él se rió —No comiences con el drama, fueron cinco gotas de agua. 

Rodé mis ojos. —¿Qué estás haciendo aquí de todos modos? Y, ¿cómo entraste aquí? —pregunté, sofocando un bostezo. 

Dijimos a las diez y tu madre me dejó subir —explicó él, asintiendo hacia mi reloj-alarma. Yo pestañeé un par de veces y miré hacia los rojos números brillantes mientras los enfocaba. 10:06. 

¡Oh! Mierda. Lo siento —me disculpé, rápidamente saliendo de la cama y dirigiéndome hacia mi armario por algo de ropa para el día. Quince minutos después estaba vestida y lista. Levanté mi cabello en un moño desordenado y salimos. Charlamos fácilmente mientras él conducía. Pablo siempre tenía algo que decir, ésa era una de las cosas que me encantaban de él. Detuvo el auto en su casa. Mientras caminábamos vi a su padre sentado en una esquina tomando su desayuno. Su rostro se levantó cuando me miró. 

Hola, Lali, mucho tiempo sin verte, dulzura. —Sonrió feliz abiertamente. 

Lo abracé como saludo. —¡Hola Mariano! —Me encantaba el padre de Pablo, era realmente un buen tipo. 

Lali cocinará esta noche —anunció Pablo excitado. Mientras caminaba hacia su cuarto comencé a sentirme nerviosa. Estaba bien estar de vuelta en su casa, pero estar en su dormitorio sería un poco extraño para mí. Pasábamos mucho tiempo ahí porque su padre casi nunca estaba. Su cuarto guardaba un montón de recuerdos para ambos. Pretendí que no me importaba mientras entraba en el dormitorio. El calor subió a mi rostro cuando miré su cama de dos plazas. ¡Maldición Lali deja de sonrojarte! 

¿Quieres hacerlo en la cama o en el escritorio? —preguntó, sonriendo malicioso. 

Reí como tonta. —Cualquiera de los dos está bien para mí, según recuerdo —bromeé. Inmediatamente me arrepentí. 
Tres horas y media después y con mi frente presionaba entre mis brazos. —¡No puedo más! Me duelen los ojos, me duelen las manos y me duele el cerebro —lloriqueé 

Él frunció el entrecejo pero se empujó hasta quedar sentado. —Bien entonces, dejemos los últimos dos. Puedes hacerlos después de la cena. Todavía necesitamos repasar la tarea; apenas hemos cubierto lo que ha estado sucediendo en clase durante toda esta semana. —Me miró con una advertencia por lo que solté un gran gemido de frustración. 

Oh, hombre, ¿en serio? Pensé que estábamos casi listos. —Quería llorar, realmente tenía sentido la forma en que estaba explicando, pero yo simplemente no podía lidiar con algo más. Esto era demasiado para tomarlo todo de una sola vez. 

Sonrió disculpándose. —Nada de terminar. Nos queda fácilmente un par de horas. 

Yo lo miré. —Muchas gracias por hacer todo esto para mí. Has gastado todo el sábado ayudándome y realmente lo aprecio. —Lo abracé fuerte. Él era realmente adorable. Tenía suerte de tenerlo como amigo, estaba tan feliz de que al parecer habíamos vuelto a la zona de amistad después de haber salido juntos, de otra manera lo hubiese extrañado. 

De nada, de todos modos, ¿qué te parece si me pagas ahora? Me muero de hambre. —Saltó sobre sus pies y tomando mi mano me levantó también. Reí y lo seguí a la cocina, ambos estirando nuestros músculos mientras caminábamos. Mariano sonrió travieso hacia nosotros mientras pasábamos por la sala de estar. 

Luego de la cena volvimos directamente a estudiar. Estaba tan aburrida que podría llorar. ¿Cómo en toda la tierra Peter podría haber estudiado esto en la Universidad? Ni siquiera me dio la impresión de ser un chico de Cálculo, él es tan… divertido. Para el tiempo que logramos hacer la tarea eran casi medianoche y mis ojos ardían del esfuerzo. 

¿Te quieres quedar aquí esta noche? —ofreció Pablo, encogiendo sus hombros mientras recogía los libros que habíamos estado usando. 

Sonreí. —Seguro, si está bien con tu padre. —Nos habíamos puesto de acuerdo para salir en la mañana de todos modos, ya que él quería un nuevo par de zapatillas, por eso parecía tonto que me fuera a casa sólo para que me recogiera en unas cuantas horas más. 

Iré a preguntar. Aunque no le importará, tú sabes eso. —Levantó un hombro mientras se dirigía fuera de la habitación. Sabía que él estaba en lo correcto, a su padre no le importaría para nada. Saqué mi móvil y llamé a mamá para decirle que me quedaría. Pablo volvió mientras aún estaba al teléfono con mi madre y asintió señalando que su padre había dicho que sí. Sacó una camiseta y la tiró en mi regazo para qué me la pusiera. Sonreí agradecida y terminé la conversación con mi madre.

Puedes dormir en la cama conmigo si quieres, confío en ti —ofrecí, riendo mientras subía a la cama fría. 

Ok, bueno, pero no me arrincones en la noche —bromeó, mirándome de manera amonestante. 

Sonreí. —Trataré duramente no hacerlo. 

Se rió y fue apagar las luces; era como de la cama, abrazándome contra la fría noche. Sentí la cama hundirse y supe que él estaba en ella, pero él se mantenía en el otro lado, sin hacer ningún movimiento para acercarse, justo como sabía que haría. Siempre ha sido adorable, no como la mayoría de los hormonales chicos de diecisiete serían con una chica en su cama. 
Estaba temblando suavemente, entonces me acerqué a él, presionando contra su lado y usando su calor corporal para mantenerme caliente. Él se rió. 

Pensé que habíamos acordado no arrinconarnos —dijo juguetonamente. Yo reí y apreté mi fría nariz contra su hombro—. ¿Tienes frío? —Volviéndose y levantando sus brazos para que pudiera acurrucarme más cerca de él. 

—murmuré. Él envolvió sus brazos alrededor mío y me abrazó más cerca de su cuerpo. Me estaba apretando ahora, por lo que comencé a sentirme más confortable. 

¿Lali? —susurró luego un par de minutos. La próxima semana es el aniversario de la muerte de mi madre… —anunció, con su voz temblando de tristeza. Lo abracé fuerte. Ya lo sabía pero no quería mencionarlo a menos que él lo hiciera. No quería molestarlo. Su cuerpo entero estaba tenso y apretado. 

Sí, lo sé —dije tranquilamente. 

¿Me estaba preguntando si, cuando vaya al cementerio, podrías venir conmigo? —preguntó esperanzado. 
Sonreí con tristeza. Pablo odiaba ir al cementerio. Realmente se sentía alterado ahí, entonces sólo iba en el aniversario de su muerte o en su cumpleaños. Cada vez, yo iba con él y lo sostenía mientras él lloraba. 

Por supuesto que iré —susurré. Sentí una lágrima caer por mi mejilla. Me alteraba pensar en él alterado, era descorazonador ver este adorable chico con un dolor como ese, pero lo haría porque él lo necesitaba. Yo era la única persona a la que él se había abierto con lo de su madre. Actuaba como si todo estuviera bien con todos los demás, como si no lo afectara, incluso con su padre. 

Gracias —murmuró. 

No necesitas agradecerme. Estoy aquí para ti, tú sabes eso. —Lo abracé más fuerte y traté desesperadamente de no llorar mientras oía como se alteraba. Su cuerpo temblaba suavemente mientras él lloraba en silencio en mis brazos—. Shh, está todo bien —lo conforté, sin saber qué más decir. 
Habían pasado tres años desde que ella murió, pero él aún la extrañaba como un loco. Siempre deseé haberla conocido antes de que muriera. Juzgando por la forma en que Pablo y su padre hablaban de ella, era una mujer asombrosa. Él se quedó dormido luego de unos momentos y yo cerré mis ojos necesitando dormir también. 





25 comentarios:

  1. Me encanta tu nove!! empece ayer a leerla, y ya la leí toda!!
    Flor :=)

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  2. Me da pena pablo,ojala k lali no se meta de nuevo con el

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  3. Ay me da una penita Pablo... y además es tan bueno =) tienen una amistad increíble, me parece admirable. Espero mas noveeeeee BESOS!!! MUACKS

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  4. me da pena pablo y me encantab como se llevan. sube mas move

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  5. Pobre su mama se murio :( . Lali que buena amiga ir con el ap cementerio un amor. Buenisimo el cap

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  6. Pobre Pablo ,hasta ahora se ve un buen chico.

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    1. hay yo no me pude resistir y ya lo lei :D lo siento :/ pero si se saltan muchas cosas, unas muy divertidas jajaja muy bueno y lo quiero volver a leer :D

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