28 de abril de 2013

Capítulo veintiséis.

PRÓXIMO CAPÍTULO:
+20 COMENTARIOS.



Unos minutos más tarde Peter volvió a la cocina viéndose un poco incómodo. Sonreí de modo tranquilizador y señalé con la cabeza hacia la tostadora.
¿Entonces imagino que tengo algo que explicar? —preguntó nervioso.

Parpadeé rápido mirando a Euge para ver su sacudida de cabeza.
No realmente, Lali me lo ha explicado todo, no te preocupes, no diré nada a nadie. Vosotros hacéis una pareja realmente linda —dijo ella, sonriendo con satisfacción antes de levantarse del taburete y dirigirse de la cocina hacia el dormitorio de Peter.

¿Estás realmente bien, Lali? ¿No estás preocupada por lo de anoche o algo así? ¿Tú sabes que puedes hablar conmigo, verdad? —preguntó, tocando mi espalda, ligeramente. Asentí. Yo estaba en verdad bien.

Estoy bien, en serio. Muchas gracias, Pit, te debo mucho. Y siento no haberte escuchado. No debí haber bailado con aquel tipo, quería demostrar que tenía razón y hacerte enojar —confesé, sintiéndome estúpida e inmadura.

Sonrió y asintió. —Sé por qué lo hiciste. Aunque esto no te hace culpable, aquel tipo probablemente habría encontrado a alguien más a quien hacérselo si no eras tú; tenía las drogas con él así que obviamente lo tenía planeado. De alguna manera supongo que tuvimos suerte que fueras tú porque yo te vigilaba. Le vi llevarte por el vestíbulo. Si esto hubiera sido con alguien más, alguna otra chica que nadie estuviera observando, entonces podría haber sido mucho peor —contestó, sonriendo tristemente mientras me colocaba un mechón de pelo detrás de mi oído. Cerré los ojos y giré mi cara hacia su mano, presionando mi mejilla contra ella, amando la sensación de su piel contra la mía otra vez. Oí un pequeño gemido que escapó de mis labios y no quise nada más que dar un paso adelante, presionarme contra él y sostenerle fuertemente. Él no se movió. Su pulgar tocó mi mejilla, ligeramente haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera. Podía escuchar su respiración y nada me había parecido alguna vez más importante. Justo entonces supe que le amaba. Él rió y soltó su agarre, pero no retrocedió; sonreí y moví mi cabeza lejos de su pecho alzando la vista hacia su rostro. Él sonreía abierta y felizmente y sentí que el corazón comenzaba a acelerarse por lo cerca que estaba de mí. Su pecho estaba presionado contra el mío; nuestras piernas estaban enredadas juntas cuando él me presionó contra la nevera. La sonrisa se desvaneció despacio de su rostro cuando me miró. Podía sentir la tensión sexual echando chispas. Tragué y dirigí mi mano por su pecho despacio hasta que llegué a su cuello. Pasé mi brazo alrededor de su cuello, enredando mis dedos en su pelo mientras que mi corazón comenzaba a estrellarse en mi pecho. Gimió ligeramente detrás de su garganta cuando se presionó a mí más fuerte. Su cálido aliento sopló a través de mis labios haciendo mi boca agua y mi cuerpo entero hormiguear como cien mariposas tomando vuelo en mi estómago. Agarró mi camisa por detrás fuertemente mientras presionaba su frente a la mía, su nariz rozando en la mía incitante, haciéndome arquear la espalda para poder apretarme contra él más fuerte.

Cuando sus labios estuvieron a punto de tocar los míos, la puerta del dormitorio se abrió otra vez y los pasos de Euge comenzaron a llegar en esta dirección. Peter gimió frustrado cuando se separó de mí. La desilusión me inundó. Sólo deseé ser más que sexo para él, que quisiera más que sólo mi cuerpo, porque estaba lastimándome gravemente sin siquiera darse cuenta. Suspiré y me dirigí al cuarto.


Me acerqué al tocador de Peter donde él guardaba un peine para poder al menos quitarme el enredo de cabello por la cama. Mientras revolví por el cajón superior en busca del peine noté un porta retrato. Agarré el marco y aguanté la respiración en mi garganta mientras que miré a la pareja en el recuadro. Éramos Peter y yo en la boda de su hermana. Nuestra primera cita. Fue la fotografía profesional que había sido tomada en el jardín detrás de la iglesia. Parecíamos tan lindos sonriéndonos el uno al otro. Sonreí por como él me miraba tiernamente en la fotografía. Euge salió del cuarto de baño así que rápidamente regresé la fotografía.

Peter nos acercó a casa. Primero dejó a Euge y luego a mi. Aparcó un par de casas lejos de la mía y apagó el motor, volteó desde su asiento para mirarme con curiosidad.

¿Crees que Euge dirá algo a alguien? Si crees que sí entonces sería mejor que nosotros fuéramos y digamos algo primero, sonará mejor viniendo de nosotros que ser reportados. 

Negué. —Ella no dirá nada, no tienes de que preocuparte. Gracias por traerme, y por lo de anoche.

No te preocupes, no tienes que seguir agradeciéndome. 

¿Sería inadecuado si te abrazara otra vez? —pregunté, tratando de no mostrarle cuánto lo necesitaba.

Él sonrió tristemente y asintió.
Totalmente inadecuado —confirmó él. Suspiré y sujeté con mi mano la manija de la puerta, resignándome al hecho de que realmente había terminado, que estaba de vuelta como mi profesor desde ahora y nada más.

¿Lali? —se rió y se inclinó adelante en su asiento, pasando un brazo alrededor de mi hombro, jalándome más cerca de él. Sonreí agradecidamente y le abracé de vuelta, aferrándome a él, aspirando su olor. Salí del abrazo ya que sentí que mis ojos comenzaban a hormiguear por las lágrimas; tenía que marcharme antes de llorar encima de él.

Gracias, y supongo que te veré en clase mañana —mascullé, forzando una sonrisa. Él asintió y frunció el ceño. Tragué el nudo en mi garganta; ¿Él tampoco quería que me marchara? No dijo nada así que empujé la puerta abierta y me fui sin mirar atrás, luchando con las lágrimas por todo el camino.
****
La mañana siguiente, Euge me recogió para ir a la escuela. Cuando nos detuvimos en el instituto localicé a Gastón charlando con un grupo de sus amigos y un par de chicas demasiado obvias intentando tener suerte con el equipo de natación. Decidí sólo fingir que no le vi y me encaminé a mi casillero con Euge.

Justo cuando entrábamos en la seguridad de las puertas principales le escuché gritar mi nombre.

Te veré en clase —dije a Euge mientras soltaba su brazo del mío y asentía, dirigiéndose hacia nuestros casilleros donde Pablo esperaba ya por nosotros con una gran sonrisa en su cara. 

Oye, estaba esperándote —dijo cuando me alcanzó. —¿Cómo estuvo la fiesta del sábado por la noche? —preguntó. Una ceja fue levantada cuestionablemente, pero en su cara no había alguna otra emoción. 

Estuvo realmente bien; me puse bastante borracha y pasé la mayor parte de ayer en la cama —contesté, tratando de no dar ninguna señal de estarle mintiendo.Él frunció el ceño, pero su expresión rápidamente se aclaró. —Bien si no hay nada más entonces creo que terminamos. Tengo que hablar con Euge antes de que comience la clase… 

 —Mira, siento haberte dicho que no podías ir a la fiesta. Tan pronto como entré al coche supe que no debería haberlo hecho. Volví corriendo al instituto, pero no pude encontrarte. No debería haber tratado de darte órdenes y tengo que aprender a confiar en ti. Sólo que es difícil para mí, yo... ¿Me perdonas? —preguntó, poniéndome cara de cachorrito. Se vió tan lindo cuando lo hizo, todo ojos grandes azules y boca triste. 

Tragué en voz alta. —Sí bien, pero no lo harás otra vez, ¿verdad? No toleraré eso, así que necesitas asimilarlo muy rápidamente. 

Absolutamente, lección aprendida, lo prometo. Podemos hablar más tarde —susurró mientras presionaba sus labios contra los míos. Gemí, un poco asustada de que realmente me besara en medio del pasillo con todos parados alrededor de nosotros. Él chupó mi labio inferior pidiendo entrar entonces le aparté, levemente sin aliento. 
Alguien limpió su garganta directamente al lado de nosotros haciéndome brincar un kilómetro. Gas se retiró un poco renuente, y dimos la vuelta, esperando que fuera Euge o alguien tonteando.  Peter estaba parado allí con una cara que echaba chispas.

Ya he hablado con usted sobre esto, Sr. Dalmau. Es contra reglas escolares esta clase de cosas dentro la propiedad escolar y lo sabe. Por lo tanto ambos obtendrán una detención por el resto de la semana. Hora del almuerzo. En mi salón —escupió venenosamente. 

¿Por qué? —desafié. 

Demostración pública de afecto, señorita Esposito —contestó inteligentemente, sonriéndome con arrogancia. ¿Está disfrutando de esto? ¿Se regodeaba haciéndome enojar o algo así? 

¡Fue un beso! —grité, lanzando mis manos en exasperación. 

Que no es permitido en los pasillos del instituto —respondió él, pareciendo tan enojado conmigo como yo estaba con él. 

Esto es estúpido; nadie más da una semana de detenciones por un maldito beso. Compruebe con ellos, pregunte por ahí, lo más que ellos darían sería uno —repliqué, frunciendo el ceño. Podía sentir la ira hirviendo dentro de mí. 

No me importa lo que los otros profesores harían, no es su decisión, es la mía. Una semana, comenzando hoy. El Sr. Dalmau la semana que viene, dado que no puede por sus prácticas de natación.


Me dirigí por el pasillo hacia Euge que sonreía abiertamente de oreja a oreja mirándome. Me acerqué a ella, mirándola con curiosidad. Ella agarró mi brazo tan pronto como me puse a su lado. 

Oh por dios, Lali, ¿acaso no viste cuán enloquecidamente celoso estaba Peter en ese momento? Soy la única que ve las cosas con claridad aquí. Te pierdes cosas porque estás herida, ¡él está enojando porque está celoso de ti con Gastón y soy la única que puede ver los dos lados! 

Tomé una respiración profunda y me dirigí a su aula, sintiendo mi corazón hundirse con cada paso que daba. Cuando llegué, él no estaba allí todavía, así que entré, tomando asiento junto a la ventana. 
Hola —saludó tímidamente. 

Hola —dije, sacando mi tarea de inglés para poder a empezarla. 

Mira, lo siento, sigo siendo un idiota contigo todo el tiempo, pero la verdad es que tienes que dejar de hablarme como si fuera más que un maestro para ti. No puedes responderme y cuestionar mis decisiones ante todo el mundo. Sé que exageré un poco con las detenciones de una semana, pero no le contestarías así a otro profesor, ¿verdad? —preguntó, ladeando su cabeza a un lado y pareciendo adorable. 

Supongo que no, lo siento. 

Entiendo que te hago enfadar. Sé que la mayor parte del tiempo me estoy comportando contigo como un idiota, pero no me doy cuenta hasta después, cuando tengo tiempo para pensar sobre ello. Lo siento mucho. Llevé esto demasiado lejos, no tienes que quedarte por una semana. Sólo hoy y vamos a dejarlo todo, ¿ok? —ofreció, sonriendo.

Eres un imbécil

Sí, pero soy un imbécil que se disculpa con Maltesers. ( Burbujas de leche malteada, recubiertas de chocolate con leche, sin colorantes ni aromas artificiales)Dejó caer una bolsa de Maltesers en el escritorio, sonriendo maliciosamente. 

Bueno, entonces estás perdonado —gorjeé, agarrando la bolsa con entusiasmo. 

Tan fácil de comprar. Una bolsa de estos y eres masilla en mis manos —bromeó, haciéndome un guiño. Me reí y rasgué la bolsa. Su mano se disparó acaparando uno de una forma rápida. 

¡Oye! —protesté, fingiendo mirarlo molesta mientras golpeaba ligeramente el dorso de su mano. Él sólo se rió y lo tiró hacia arriba en el aire tratando de atraparlo en su boca, pero falló y volvió a caer sobre el escritorio haciéndome reír. 

¡Fallaste! Suerte que no eres un profesor de educación física porque tu lanzamiento apesta —bromeé. 

Bueno, entonces tú puedes hacerlo mejor, pequeña señorita arrogante. Cuando estaba jugando a esto me recordó gran parte del tiempo que habíamos pasado juntos e hizo que mi corazón se acelerara. Éste era mi Peter, el Peter que me hacía sonreír y ruborizar, y reír tontamente. Para cuando sonó la campana, el suelo estaba cubierto con pequeñas bolas de chocolate y mis costados dolían de tanto reír. Peter frunció el ceño. 


Rápidamente pasó la mañana y llegó la hora de Cálculo. Me dirigí con Euge al aula. Nos senamos al lado de Gas. Peter entró y bajé los ojos rápidamente, fingiendo buscar algo dentro de mi mochila mientras me sonrojaba como loca. Mi corazón tartamudeó en el pecho. Lo oí reír, así que levanté la vista justo cuando él se inclinaba hacia abajo para recoger algo, lanzó un Malteser en la basura con una sonrisa en su rostro. 

Bueno chicos, hay otra asamblea para los de último año hoy de nuevo, así que sólo tendremos clase hasta las dos y media. Iba a empezar algo nuevo hoy pero como no vamos a tener mucho tiempo, ¿qué tal un examen rápido en su lugar? —ofreció Peter, sonriendo. 

¿Un examen sorpresa, en serio? ¿No se supone que debe avisarnos antes para que podamos estudiar? —me quejé, tratando de poner la cara que él decía que me hacía parecer linda. 

Él sonrió y se encogió de hombros. 

Bueno, creo que éste es uno sin previo aviso. Vamos a ver qué tan duro lo han intentado en el último par de semanas.  Le oí reír y poner un pedazo de papel en mi escritorio, así que levanté la cabeza para mirarlo. . El examen no fue tan malo en realidad. Pablo había hecho un gran trabajo como tutor en todas estas cosas, y aunque sabía que no tenía todo bien, sabía que no había fracasado por completo, así que estaba feliz. 
A las dos y media, todos nos dirigimos a la asamblea. 

Está bien, así que con un número abrumador de votos, la actividad por la que el ochenta y tres por ciento de ustedes votaron fue… —Hizo una pausa para un efecto dramático, y sentí que se me encogía el corazón con cada segundo que pasaba—. ¡Paintball! 


La sala entera estalló en vítores lo que ahogó mi gemido. Una rápida mirada en torno a la sala demostró que era sólo yo y el grupo de porristas las que no estábamos contentas al respecto. Todas estaban chillando en una voz aguda sobre su manicura y cómo la pintura no sería buena para sus extensiones. 

Apuesto a que estás contenta con eso, ¿eh? —me susurró Peter al oído. Salté a causa de lo cerca que estaba de mí. 

Me volví y gemí. —¡No quiero ir al maldito paintball! —me quejé, haciendo un mohín. 

Él se echó a reír. —Ay, pobre bebé. Nunca se sabe, tal vez te guste. ¡Sé que yo voy a disfrutarlo! —Sonrió felizmente. —. Yo voté también. Creo que fue mi voto el que decidió. —Me guiñó un ojo antes de sonreír y alejarse. Me reí entre dientes, mirando cómo se alejaba. 



24 comentarios:

  1. Me encanta q se lleven bien jAja

    ResponderEliminar
  2. BIEN! paintball yo estaría loca de contenta si fuera Lali jajaja siempre he querido ir a uno y jugar =)

    Me alegra tanto que Euge sepa todo, porque como dice puede ver las dos versiones, es totalmente neutral y ve que hace y como actuan tanto Lali como Peter. Espero que le abra los ojos a ambos. Me dio tanta alegria que Peter reconociera que se esta comportando como un idiota con ella, que ganas de que se termine la susticion de el y tengan un obstaculo menos para seguir juntos. Espero que el histeriqueo que de nuevo estan comenzando pase fronteras y renazca esa relacion que tanto los dos desean =)

    ResponderEliminar
  3. MAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

    ResponderEliminar
  4. porfisss 2, 3, 4 o 5 caps mas! jajajajaja todos los que tu quieras =) yo encantaisima de leerlos =)

    ResponderEliminar
  5. MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS

    ResponderEliminar
  6. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

    ResponderEliminar
  7. No se cansa d volverla loca

    ResponderEliminar