8 de abril de 2013

Capítulo once.


MARATÓN:
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Después, yacimos enredados, nuestros cuerpos enganchados el uno con el otro. Cerré mis ojos satisfecha, envuelta en sus brazos y apoyé la cabeza en su pecho. Esa experiencia había sido hermosa. No había sido mi primera vez, había tenido relaciones sexuales con mi ex novio, Pablo, pero debido a las emociones y los sentimientos que se incluían, sentí como si fuera mi primera vez.
La idea de que esto no funcionara, hacía doler a mi estómago. Mientras escuchaba a su corazón volviendo lentamente a la normalidad, recé en silencio para ser lo suficiente como para mantenerlo interesado. Él dejo escapar un gran suspiro y levanté la mirada hacia él, apoyando mi barbilla en su pecho. Me sonrió.

Así que, así es como se siente —dijo en voz baja, agarrando mi cintura y levantándome para que estuviera a la altura de su rostro. Lo miré con curiosidad. Levantó su cabeza y dejó pequeños besos por mi rostro donde sus dedos habían estado segundos antes. Cerré mis ojos, sonriendo felizmente mientras él me sujetaba.

¿Cómo se siente el qué? —pregunte sin aliento, al darme cuenta de que en realidad no entendí lo que quería decir.

Hacerle el amor a tu novia —respondió, guiando mi boca a la de él, sacándome el aliento.

...

Entonces ¿qué piensas? ¿Habrá estudiantes transferidos calientes este año? —preguntó Euge con entusiasmo mientras conducía los quince minutos hasta la escuela.

Me encogí de hombros. —No lo sé, tal vez. Si llega a haber, es mejor que consigas a uno rápido antes de que yo lo haga —bromeé, guiñándole un ojo.

Ella me sonrió. —Y ¿qué diría el Señor Perfecto si te escuchara hablando así? 
Sonreí, ni siquiera necesitaba pensar en cómo contestar esa pregunta, ya sabía cuál sería su respuesta.

Él habría dicho, «Maldita sea, preciosa, debo mejorar mi juego si vas a estar mirando a otros chicos» o algo así —dije sonriendo, mientras trataba de imitar su voz sedosa.

Euge rió y sacudió su cabeza. —No puedo esperar a conocerlo. Me encanta como te dice preciosa, es tan dulce. —Suspiró soñadoramente—. Quiero mi propio Señor Perfecto.

Tal vez lo conocerás hoy. 

Eso espero. —Apagó el motor, agarró su mochila de atrás y sacó sus largas piernas del auto. Tan pronto como estuvimos fuera, fuimos atacadas con abrazos de amigos y gente que no habíamos visto durante semanas. Una charla emocionada empezó mientras todos se intercambiaban historias de verano.
Después de unos minutos, nos disculpamos y fuimos a conseguir nuestros horarios en la oficina. Pasé la mirada sobre el mío rápidamente. Todo se veía bien, excepto por el hecho de que tenía gimnasia primero y cálculo a lo último, lo que apestaba totalmente. Odiaba cálculo y el año pasado estaba seriamente fracasando hasta el punto de tener que conseguir un compañero para que me ayudara.
Un vistazo rápido al horario de Euge demostró que teníamos exactamente lo mismo. Chillaba de emoción porque al menos la tenía a ella allí, también. Hmm, tal vez me pueda ayudar con las estúpidas matemáticas.

¡Tenemos exactamente el mismo horario! —grité.

Ella sonrió. —¡Impresionante! Mira, el último año va a ser genial, puedo sentirlo. —Enroscó su brazo con el mío mientras caminábamos al gimnasio.
A la hora del almuerzo, me dirigí a la mesa de mis amigos y Pablo Martinez, mi ex novio, que estaba de pie hablando con Matt, uno de mis otros amigos.

Hey, Lali —saludó, tirando de mí en un abrazo—. Te ves bien —dijo al soltarme, dejando a sus ojos recorriéndome lentamente.

Me moví incomoda en mis pies. —Hey, Pablo. ¿Cómo estuvo tu verano? 

Se encogió de hombros, frunciendo el ceño. —Estuvo bien, ya sabes —contestó, un poco triste.
La culpa fluyó a través de mi cuerpo ya que obviamente yo era la responsable de su expresión triste. Pablo era un chico realmente agradable, pero no era adecuado para mí. Habíamos sido amigos desde hacía unos años, luego empezamos a salir el año pasado. La relación duró poco más de seis meses antes de que me diera cuenta de que no estaba funcionando para mí y rompí al comienzo del verano. Él estuvo realmente molesto en ese tiempo y obviamente aún lo estaba.

—tragué. Hombre esto es incómodo. Por favor ¡déjanos pasar esta etapa! —Nos podemos sentar juntos, ¿verdad? —pregunté, esperando que dijera que sí. Yo no quería echarlo de nuestro grupo de amigos y tampoco quería dejarlos. Asintió rápidamente, sacando una silla para mí y luego se sentó a mí lado.

Sonreí y sentí a mi cuerpo relajarse—. Le estaba contando a Matt sobre mi desastrosa mañana —dijo, frunciendo su nariz con desagrado.

Tomé asiento en la silla que él había sacado para mí, mientras abría mi sándwich.—¿Qué está mal sobre eso? —pregunté, comiendo rápido.

Él suspiro dramáticamente.

Mi horario apesta a lo grande. Fui a la oficina para intentar cambiarlo, por lo que se me hizo tarde para Biología, así que ahora tengo una detención después de la escuela. Olvidé la clave de mi casillero, entonces no tomé los libros correctos de inglés, por eso ahora tengo que hacer un ensayo esta noche sobre “la importancia de traer los materiales de lectura adecuados a la clase” —gruñó, cruzando los brazos en señal de frustración.

Sonreí. —¿Tienes una detención el primer día? Seguramente ese es algún tipo de record para la escuela —me burlé—. Tal vez tendrás tu nombre inmortalizado en el libro de los delincuentes. Debes estar orgulloso. 

Hizo un sonido burlón con la parte posterior de su garganta. —Ha, ha. Había olvidado lo divertida que eras… no. —Me apuntó jugando con su dedo en mis costillas. Grité y me alejé rápidamente—. Al menos, cálculo estuvo bien, no hicimos nada en absoluto. El nuevo profesor es genial, a pesar de que todas las chicas estuvieron babeando por él, en lugar de por mí —dijo, pareciendo molesto.

Oh ¿están hablando del nuevo profesor de cálculo? —interrumpió Rochi. Una expresión soñadora cruzó su rostro—. Oh dios mío, él es tan caliente que juro que casi llegué al clímax con solo escucharlo hablar —dijo abanicándose su rostro dramáticamente. Prácticamente, todos los chicos de la mesa inflaron su pecho inconscientemente. Me eche a reír cuando las otras chicas comenzaron a unirse a los comentarios calientes y los chismes de cómo cálculo era ahora su nueva asignatura preferida. Algunas de las chicas zorras estaban planeando cómo podrían meterse en problemas sólo para que lo pudieran escuchar gritarles con su voz sexy. Patético.

Oh hombre, ¡y nosotras no lo tenemos hasta el final del día! Quiero verlo también —se lamentó Euge poniéndose de pie y agarrando las cajas de su comida vacía.

Enrosqué mi brazo con el de ella. —Vamos, la campana está a punto de sonar y tengo que coger el libro de español de mi casillero. Puedes ver al nuevo profesor caliente dentro de dos clases —insistí, rodando los ojos, la jalé fuera de la mesa, y tiré mi botella y el envoltorio del sándwich en el cesto de basura de pasada. Para la última clase del día, caminé hacia cálculo y tomé asiento en la fila del centro con Euge. Ella prácticamente estaba saltando en su asiento con emoción. Miré alrededor de la clase y me di cuenta de que las chicas estaban arreglándose el cabello y poniéndose lápiz labial. Suspiré, dejándome caer en el asiento y esperé a que la más dolorosa hora de mi vida empezara. Esperaba que no me hiciera responder ninguna pregunta y entonces podría hablar con él después de clase acerca de lo desastrosa que esta asignatura era para mí. Si él era bueno, tal vez sería un poco más tolerante este año.
Después de un par de minutos, la puerta se abrió. Inmediatamente las chicas en la habitación se enderezaron, sonriéndose la una con la otra con grandes ojos hambrientos, murmurando y riendo. Euge me dio un codazo cerca de las costillas, haciéndome sisear entre dientes ante el repentino dolor.
Levanté la vista hacia el frente del salón de clases, curiosa por ver lo que hacía todo el alboroto. Mis curiosos ojos aterrizaron en Peter. Él estaba de pie allí, sonriendo y parecía un poco nervioso. Se veía guapo como siempre en pantalones negros y una camisa con botones blancos manga corta.
El pánico surgió en mi pecho. ¿Por qué diablos está aquí? ¿Algo horrible le ha sucedido a mis padres, y ha venido a buscarme y llevarme al hospital? Justo cuando estaba comenzando a ponerme de pie, él hablo:

Bien clase, calmaos y vamos a poner el espectáculo en marcha y así todos se podrán ir a casa —dijo con su voz sexy. Lo miré sorprendida. ¿Clase? ¿Qué diablos? Yo estaba mitad fuera de mi asiento, congelada en el lugar hasta que la comprensión me golpeó con un balde de agua fría. Mi novio era el nuevo profesor caliente por el que todas se caían. No podía respirar. Sus ojos recorrieron la habitación y se encontraron con los míos. Vi su fácil sonrisa desaparecer de sus labios. Sus ojos se abrieron en shock mientras que todo su cuerpo se tensaba.

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Me alegro que hayan comentado y que les guste. Estoy feliz por ustedes jajaja :D
Perdonen por no subir, pasa que estuve todo el finde sin internet.
Acá les dejo el capítulo once. Es super corto, pero lo quería dejar acá con la intriga CHAN CHAN.
Pero hay maratón, así que firmen y les subo el próximo capítulo.
Las quiero y gracias por el aguante <3

17 comentarios:

  1. Me encantooooooo sube masssssssss quiero ver que pasa

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  2. Quiero ver que va a pasar!!!!!!!!!!!!!!!!

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  3. Dios esto está re interesante tu novela es el ejemplo de como una pareja puede pasar de estar a full a caerse al piso en un segundo , quiero saber que pasará más

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  4. Quiero saber como sigue másssssssssssssssssssss

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  5. Me muero quiero más capítulos

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  6. Me encanto, que sorpresa se han llevado, quiero mas

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  7. Me enxantooooooooooooo sube massssssssss

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  8. CHAN! Que dira Peter de que Lali es su alumnaa???

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  9. que fuerte (igual con lo bueno que esta le pega mas de educacion fisica eh) jajajajajja

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  10. jajaja y lkegi el momento y lis dos en sock

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