26 de abril de 2013

Capítulo veintidós.

MARATÓN: 
+20 COMENTARIOS.
(SOLO HASTA LAS 1:00 HORA ESPAÑOLA)






HOLA CHICAAAAAAAS!! Hoy me tomo el tiempo libre que tengo para traerles una maratón. Hace días que no subo por los exámenes y se los debo :D
Espero que estén disfrutando de la adaptación. Si hay algo que no entiendan, haganlo saber, por favor. 
¿Qué opinan de Peter y Lali? ¿Y de Lali y Pablo? ¿Y de Lali y Gas?
Personalmente, amo la amistad que tienen Pablo y Lali. Me gustaría tener un amigo como él. 
Y Pedro está haciendo cualquiera, ¿no? ¿Qué opinan?
Lali no se queda atrás... ¿está usando a Gastón para darle celos a Peter?

Twitter: @somosllaves
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CAPÍTULO 22: 

Un par de horas más tarde, otra vez tocaba la clase de Peter. Él caminó hacia nosotros y le sonrió a Tricia, mi compañera de proyecto.

Hola, estás de regreso. La señorita Esposito podrá ponerte al tanto de lo que te perdiste ayer, pero si alguna tiene problemas, decidme. Ayer dejaste tus notas aquí. —Sin esperar una respuesta, se dio la vuelta y se alejó. Miré los papeles que había puesto en mi pupitre y estaban escritos por él. Fruncí el ceño y los miré rápidamente. Había re-escrito todo lo que habíamos hecho ayer para mí.
La clase transcurrió sin incidentes. Solo quedaban cinco minutos para terminar la clase. Alguien llamó a la puerta del salón de clases y entró. Gruñí para mis adentros cuando vi la cabeza rubia. No había un cabello fuera de lugar y se veía clásica e impecable a pesar de que era el final del día. La señorita Igarzabal. Sentí cómo crecían mis celos cuando él le devolvió la sonrisa.

Hey, todavía es temprano —la saludó señalando el reloj de la pared.

Sí. Tengo la hora libre, solo vine a decirte que tengo que hablar con la maestra de costura sobre el vestuario de la obra. No me tardaré mucho, pero podrían ser un par de minutos. ¿Está bien? —preguntó ansiosa, poniendo su cara más vulnerable y necesitada.

Seguro, no te preocupes, no me iría sin ti. —Sonrió y ella soltó una risa, se dio la vuelta moviendo el cabello mientras se dirigía a la puerta, dejando a todos los chicos con la boca y los ojos abiertos.
El timbre sonó y miré a Peter. No parecía preocupado por lo que había sucedido frente a mí.
Gas me sonrió. Entonces decidí que podría pagarle con la misma moneda. Vamos a ver si te gusta, Peter. Probablemente no le molestaría, ya me había dicho que no tenía ningún sentimiento hacia mí. Idiota.
Me levanté de la mesa y esperé hasta que estuviera lo suficientemente cerca de él para que escuchara, antes de dirigirme a Gas.

Hey, te quería preguntar si podías recogerme el sábado —le dije sonriendo amablemente. Iríamos al cine junto a los chicos.

 —. Seguro que sí.

Bien. Quizá podamos comer algo antes de encontrarnos con todos, ¿qué te parece? —sugerí, inclinándome hacia él mientras hablaba. Su sonrisa fue aún más grande.

Me gusta. Quizá podríamos ir al restaurante mexicano que abrió recientemente. 

Los hombros de Peter estaban rígidos y había movido el mismo cohete cuatro veces. Estaba de espaldas a mí y me hubiera gustado ver su rostro para saber qué pensaba.

¿Podrían terminar esta charla fuera de mi aula de clases? 

 —Oh Dios, no sabía que usted estaba aquí señor Lanzani —mentí mirándole con ojos muy abiertos. Su ceño se hizo más pronunciado.

Obviamente, de lo contrario hubiera dejado esta insinuante conversación para el pasillo, ¿no? —contestó sarcástico, cruzando los brazos defensivamente sobre el pecho.

Absolutamente. Disculpe señor Lanzani —le dije mirándolo y tratando de no reír por la forma en que su cuerpo estaba tenso y alerta. Bromeando puse los ojos en blanco. Eché una rápida mirada hacia donde estaba Peter de camino a recoger mi mochila. Gas cogió su mochila y salió del aula con uno de sus amigos, guiñándome el ojo cuando pasó por mi pupitre. Euge se rió tan pronto él salió del aula.

Señorita Esposito, ¿podemos hablar un momento, por favor? —dijo Peter cuando estaba a punto de salir. Suspiré. Se veía algo lastimado y comencé a sentirme estúpida por lo que hice y por hacerlo sentir mal.
Entramos al aula de nuevo. —¿Qué demonios fue eso? —dijo bruscamente frunciendo el ceño con enojo.
Respiré profundo, iba a disculparme cuando la señorita Igarzabal entró al salón sonriendo alegremente.

Hola Mariana —saludó al verme.

Hola. ¿Cómo ha estado? —pregunté fingiendo ser amistosa. No me permití llorar mientras ella caminaba hacia Peter. Él le sonrió, todavía tenso y enojado pero obviamente tratando de ocultarlo.

Estoy bien. ¿No estás tomando la clase de teatro este año? —preguntó sentándose a hojarascas en uno de los pupitres, la pose sexy, la falda forzada un poco hacia arriba por la postura.

No este año, a menos que pueda cambiarla por cálculo —sugerí encogiéndome de hombros.

Ella sonrió—. No creo que los responsables de la materia permitan ese cambio. 

—¿Ya hemos terminado señor Lanzani? ¿Puedo retirarme? —pregunté esperanzada, sabiendo que no podría hablar con la señorita Igarzabal sentada allí.

 —Sí, hemos terminado, se puede retirar. 

El resto de la semana pasó sin complicaciones. Después de que la mitad de la escuela presenció su llegada al aparcamiento el martes por la mañana con la Srta. Igarzabal en el asiento del copiloto de su coche, era bastante obvio que ella se había quedado en su casa. Sinceramente, me enfermaba. Los rumores comenzaron inmediatamente. Las charlas de la nueva pareja caliente de profesores se esparcieron alrededor de todo el instituto en cuestión de minutos.


El viernes por la noche fui a cenar con Vic. Estuvo bien; como de costumbre. Me sugirió salir el sábado de la semana siguiente en lugar del viernes. Uno de sus amigos, a quien ya había conocido por Peter, iba a hacer una fiesta y Vic quería que fuese con él. Me dijo que Euge podía ir también y me imaginé que a ella le encantaría. Así que después de que le hice prometerme cinco veces que Peter no estaría ahí, finalmente acepté ir. Él sábado estaba sentada, viendo cómo las manecillas del reloj se movían demasiado rápido. Por centésima vez miré mi teléfono, ansiosa de que sonara y que fuese Gas para cancelar la cita o algo. Pero no fue así.

Te ves genial. —Me halagó, repasando lentamente mi cuerpo con la vista.
Después de terminar de comer, decidimos dirigirnos al cine donde nos reuniríamos con el resto de mis amigos.

Dale una oportunidad a Gas —imploró Euge una vez que estuve con ella—. Toma su mano, bésalo, mira si algo puede crecer a partir de ahí. Todo lo que tienes que hacer es encontrarlo atractivo. Lo otro podría venir después. Él es un buen chico. Apuesto a que será un gran novio. —Ella me miró suplicante mientras apretaba mi hombro—. Si le das una oportunidad y no funciona, me comprometo a comer helado contigo hasta que nos salga por las orejas. —Se hizo una cruz sobre el corazón y asintió. Me reí ante su solemne voto y asentí en aceptación.

Está bien, tienes razón. Vamos a ver la película. —Puse una sonrisa falsa en mi boca y me levanté.
Gas me sonrió y dejé que mi mano rozara la suya a propósito. Contuve la respiración y lo miré, sus ojos brillaban de esperanza. Sonreí y le di la vuelta a mi mano para que nuestras palmas quedaran frente a frente, silenciosamente le di el visto bueno, él sonrió y tomó mi mano firmemente.
Una vez terminada la película, Gas me acompañó a casa.


—. Bueno, buenas noches entonces y gracias por una gran noche.
Los labios de Gas presionaron los míos sólo por unos segundos y en ese momento no sentí nada. Nada de calor, nada de chispas, sin pasión que corriera por cada una de mis venas. Nada. Fue un buen beso, suave y dulce, pero no me hizo sentir nada. Obviamente sí le hizo sentir algo a él porque se retiró y sonrió ampliamente como si hubiese ganado la lotería o algo. Forcé una sonrisa en respuesta.

****
A la mañana siguiente rodé y mi mano golpeó algo duro. La cosa dura gruñó, así es que salté un kilómetro, un grito estaba a punto de romper por mi garganta, hasta que vi allí a Pablo, sonaba dormido.

No podía dormir así que pensé en venir a verte temprano. Tu madre me dejó subir. Aún estabas dormida y decidí dejarte dormir en vez de despertarte. Debo haberme quedado dormido también —articuló cuando se despertó, frotándose los ojos bruscamente. Lo abracé fuerte y tiré las sábanas hacia arriba envolviéndonos.

Vuelve a dormirte, no necesitamos ir todavía —susurré, recosté mi cabeza en su pecho nuevamente escuchando el latir perezoso de su corazón. Él suspiró, pareció relajarse de nuevo mientras envolvía sus brazos a mi alrededor, apretando la parte de atrás de mi cabeza. Él estaba respirando profundo en minutos mientras yo sólo me quedé tendida ahí, despierta, tratando de no llorar porque él estaba tan triste. Hoy era el día que yo tenía que ser fuerte. Hoy era el día que necesitaba cuidar de él y asegurarme que estuviera bien, a diferencia de lo normal. Dos horas después estábamos en el maravilloso estacionamiento del cementerio. Tragué el nudo que se había formado en mi garganta durante el viaje. Odiaba estar aquí tanto como él, pero no podía dejar que lo hiciera solo. Sostuve su mano firmemente mientras comenzábamos el camino hacia donde estaba enterrada. Cuando llegamos me detuve unos pasos más lejos y lo dejé poner las flores en su tumba. Lirios blancos, sus favoritos. Pablo suspiró profundamente y se sentó en el césped cerca de su lápida. Me moví y me senté a su lado, presionando mi cuerpo contra el de él mientras tomaba su mano. Su agarre de mi mano era firme y sólo nos sentamos ahí en silencio, mirando la tumba, mientras él decía lo que quisiera decir dentro de su cabeza.Después de un tiempo, apoyé mi cabeza en su hombro mientras él mantenía mi mano muy firme y su cuerpo comenzó a temblar.

No me puedo quedar más —murmuró después de unos diez minutos.

Ok, nos vamos —susurré, sin confiar en mí para hablar. Envolví mi brazo en su cintura, aferrándome a él fuertemente mientras caminábamos en silencio a su auto. Fuimos a mi casa.
Mientras estábamos comiendo en mi casa Euge entró como un torbellino por la puerta.


¡Pablo increíble Alborán viene a la ciudad! —gritó haciendo que mis oídos pitaran.

¡Santa madre de… imposible! —Inspiré. Ella asintió, aún saltando en su lugar.

Oh sí y hará un concierto privado para cincuenta personas, es como en un mes y puedes ganar entradas de la radio. Ahora, Euge, Pablo y yo estábamos pendiente a la radio, e hicimos todo lo que estaba en nuestras manos para ganar esas entradas llamando por teléfono, pero no tuvimos suerte. Gruñí frustrada y lancé el móvil lejos de mí, haciendo pucheros. Pablo se rió y sacudió su cabeza. Mirándonos a Euge y a mí mientras ambas nos sentamos ahí enfurruñadas como niñas pequeñas.

No es el fin del mundo, estará en YouTube.
****
Por la mañana Pablo nos llevó en coche a las dos a la escuela y yo ignoré el hecho de que entramos en el estacionamiento al mismo tiempo que la sexy pareja de profesores. Contuve el aliento cuando caminaron hacia el instituto charlando felizmente; obviamente les estaba yendo bien. Los ojos de Peter se posaron en mí por una fracción de segundo así que sonreí y fingí que no me importaba.


¿Crees que podría tener unas palabras contigo antes de clase? —preguntó, ladeando la cabeza hacia un lado viéndose divino. Tragué con fuerza y asentí preguntándome de qué iba esto—. Bien. Ven a mi despacho conmigo. —Asintió hacia el pasillo, así que me despedí con la mano de Pablo, prometiendo verle a la hora del almuerzo y seguí a Peter por el pasillo. Intenté no mirar su culo mientras caminábamos, pero fallé en mi tarea miserablemente.

Cuando llegamos, abrió la puerta e inmediatamente se fue a su escritorio, hurgando en la pequeña bolsa que llevaba con él. Solo le observé con curiosidad preguntándome si me iba a preguntar sobre mi cita del sábado. No podía pensar en otra razón para que quisiera hablar conmigo. Había ido bien durante toda la semana sacando en mi proyecto una A por primera vez en cálculo por la presentación que Tricia hizo el viernes, así que no podía querer sermonearme sobre eso. Se giró y me sonrió. Intenté desesperadamente no devolverle la sonrisa, pero era tan difícil no sonreírle al estúpido.

¿Has oído que Pablo Alborán va a dar un concierto el mes que viene? —preguntó, mirándome con curiosidad mientras se sentaba en el borde de la mesa.

Asentí. —Sí, lo escuché en la radio el domingo. Intentamos ganar alguna entrada de la radio porque es un concierto exclusivo, pero no lo conseguimos. 


Toma. —Sostuvo un sobre hacia mí, sus ojos brillaban con diversión. Abrí el sobre, sacando dos entradas para el concierto. —Son tuyas, las he conseguido para ti.


¿Por qué ibas a conseguirlas para mi? —le pregunté, mi voz se estaba quebrando ligeramente mientras hablaba. Me miró fijamente, con sus ojos grises clavados en los míos haciendo que todo mi cuerpo se sintiera como si estuviera en llamas.

Sabía que no serías capaz de conseguir las entradas, pensé que te gustaría ir —explicó simplemente.


 Me acerqué a él sabiendo que la campana estaba por sonar y su clase empezaría pronto. Toqué su brazo, y se dio la vuelta hacia mí, sus ojos se entrecerraron y su cuerpo se tensó. Antes de poder detenerme di un paso adelante y presioné mis labios contra su mejilla suavemente, dejando a mi boca permanecer en su piel unos segundos más mientras disfrutaba de la sensación de él bajo mis labios de nuevo. Él gimió en la parte posterior de su garganta y giró su cara ligeramente hacia la mía para que mis labios tocaran la comisura de su boca. Sentí a mi corazón dejar de latir mientras la esperanza empezaba a crecer en mi interior. Quería tanto que me besara. Si moviera su cara de nuevo nuestros labios conectarían. Me aparté ligeramente con lo que ya no estaba besándole, pero nuestras caras estaban tan cerca que podía sentir su aliento rozando mi mejilla y mi cuello.


Por favor vete, Lali —rogó, cerrando sus ojos y sus manos en apretados puños.

Gracias por las entradas. Eso fue muy dulce, Peter.

No fue nada, me alegro de que te gusten. —Sonrió y rió a la vez que prácticamente salté fuera de la clase. Cuando miré de nuevo hacia él, me guiñó un ojo y mi sonrisa creció de manera imposible.


No le dije a Euge lo de las entradas. Aunque no me faltaban ganas, especialmente cuando estaba gimiendo y quejándose sobre no poder ir.  Cuando llegó la hora del almuerzo Gas se dejó caer a mi lado y me invitó a comer en el exterior de la cafetería. Allí, le conté sobre mi relación fallida del verano, obviamente sin decirle que Pedro, el profesor de cálculo, era mi ex. Gas y yo decidimos tomarnos las cosas muy despacio.
Cuando la alarma sonó, Gas sonrió y extendió la mano para que yo la tomase, así que puse la mano de nuevo en la suya mientras caminábamos por el pasillo hacia mi siguiente clase. Se detuvo ante la puerta de mi clase de español y sonrió.

Nos vemos en un rato —me murmuró, metiendo un poco de mi pelo suelto detrás de mi oído por mí.

Sí. Gracias por acompañarme a clase.

No te preocupes. —Se volvió y corrió prácticamente por el pasillo llegando tarde a su clase por acompañarme a mí a la mía. Mientras lo observaba corriendo, vi a Peter parado allí. Era como si estuviera congelado en el sitio, mirándome fijamente, frunciendo el ceño con enojo. ¿Qué diablos es esa mirada? Suspiré y vi que se dirigía al aula de clases. Me di por vencida tratando de averiguar lo que pasaba por esa sexy cabeza suya.

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Inna de Lanzani.

23 comentarios:

  1. Qe tierno peter regalandole las entradas a lali

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  2. Me encanta la amistad de pablo y lali y si crep que lali esta usando a gaston para darle celos a peter

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  3. Amo la amistad de pablo y lali

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  4. Peter no.se.porque se pone celoso si tiene a rocio o no?

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  5. Peter se puede poner celoso pero lali no??

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  6. Me encanta la amistad de pablo y lali despues de la historia que tuvieron k bueno k se hicieron amigos

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  7. No me gusta que lali use a gaston ,despues queda mal el

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  8. Sube massssssssss


    camila

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  10. Me encantaaaaaaaa la nove :-)

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  11. La verdad esque Peter es u. Histérico si pero no si pero no así es el ...más tierno Pablo me gusta su relación de amigos y gas pobre se esta haciendo muchas ilusiones

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  12. Lali esta mal porque va a ilusionar a gaston y luego lo va dejar y gaston se va quedar re mal por otra parte peter tambien esta mal porque le regala cosas a lali se pone celoso y nada que ver

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  13. Peter es un histerico mal y lali le sivue el juego

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  14. Lali y peter se histeriquean mutuamente y eso les hace daño a los dos porque juegan con las demas personas

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  15. Estan haciendo cualquiera peter y lali

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  16. Por que Pablo no viene aqui? por que no hay alguien como Peter que me regale unas entradas para verlo?? jajaja te juro que cuando lei su nombre - en especial como lo llamo Euge- la sonrisa que se formó en mi cara fue mágica =)

    a leer el siguiente =)

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  17. Lsli no ofrecio la otra entrada a nadie

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