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Casi dos horas después habíamos terminado con las compras y fuimos a tomar un aperitivo a la cafetería del centro comercial. Justo cuando terminábamos con nuestro pastel alguien me tocó en el hombro. Mis ojos se posaron en Euge quien miraba detrás de mí con una sonrisa coqueta. Me di la vuelta, para mirar detrás y vi a Victorio, el hermano de Peter, estaba parado ahí sonriéndome.
—Hola, Lali.
—Oh… um hola, Vico —lo saludé con incomodad. Mis ojos se posaron en Euge nuevamente mientras trataba de ocultar mi preocupación. ¿Sabrá Vico que Peter y yo terminamos? ¿Y si accidentalmente decía algo sobre que es un maestro frente a Euge?
—¿Cómo has estado? Hace tiempo que no te veía.
—He estado bien. —Mentí—. Vico, esta es Euge. Vamos al instituto juntas —la presenté, poniendo pleno énfasis en la palabra instituto, secretamente tratando de decirle que no mencionara nada frente a ella—. Este es Vico, el hermano de Peter. —Agité una mano entre los dos. Él le sonrió y se sentó con nosotras antes de girarse hacia mí. —¿Así que tú y Peter terminaron, eh? —dijo ladeando la cabeza y mirándome curiosamente.
Trague saliva. —Sí —confirmé, encogiéndome de hombros tratando de fingir como que no me iba a suicidar con el tenedor de plástico.
El frunció el ceño. —Es una pena, se os veía muy bien juntos.
—¿Podemos hablar de otra cosa? —espeté. Inmediatamente me arrepentí. Ahí estoy desquiciándome con otros otra vez—. Lo siento, hoy estoy de mal humor; no dormí muy bien anoche así que me estoy desquiciando con todos.
—¿Por qué no lo hiciste? ¿Necesitas algún voluntario para ayudarte a dormir? Porque definitivamente yo me apunto a eso. —Bromeó, sonriendo y levantando las cejas sugestivamente. Me eche a reír a pesar de la incomodidad de la situación.
—Cállate, coqueto, que acabo de terminar con tu hermano. No creo que sea tan rápida para coger a otro engreído, presumido y pervertido de cabello castaño. —Le saqué la lengua. Él se río en voz baja.
—Lali, es mejor que nos vayamos, necesito llegar a casa, tengo que hacer de niñera, de mi hermano esta noche —Euge calló un momento, disparándome una mirada de arrepentimiento. Asentí y me levanté con mi mochila.
—Encantada de verte Vico. Él asintió con la cabeza.
—Si te apetece salir en algún momento. Como amigos. Ver una película o algo. Avísame —dijo sonriendo simpáticamente.
—Um, si está bien. Como amigos entonces, no estoy interesada en algo más —le aclaré.
Él resopló y rodó los ojos. —¿Qué te hace pensar que estoy interesado en algo? —se burló, mirándome con una mueca de disgusto mientras fingía un estremecimiento. Sam sonrió y sacó su teléfono móvil, pasándomelo. Apunté mi número y se lo di. Mientras caminábamos, Euge me miró con los ojos muy abiertos.
—Guau, él está muy bueno. Delicioso ¿Se parece a Peter? —preguntó ella secamente mientras nos dirigíamos a las máquinas de pago del estacionamiento. Respiré profunda y resoplé con fuerza.
—Sí, un poco, Aunque Peter es mucho más guapo, me molesta tenerlo que admitir. —Me encogí de hombros. Mi teléfono sonó en mi bolso. Lo saqué para ver un mensaje de un número desconocido.
"Solo decirte que puedes hablar conmigo sobre Louis, si lo necesitas. Te llamo durante la semana y nos ponemos de acuerdo para ver una película. Sam."
Al día siguiente no vi a Peter en toda la mañana por lo cual estaba agradecida, pero todavía tenía que pasar el castigo de la hora del almuerzo. Cuando la campana sonó al final de la mañana, me despedí de mis amigos y caminé de mala gana a su aula. Él no estaba allí, así que me dirigí a la parte trasera y saqué mi iPod y el libro. Un poco después vi un movimiento delante de mí y levanté la vista justo cuando Peter estaba girando la silla de la mesa frente a la mía. Se acomodó en la silla y me miró expectante.
— Quería hablar contigo acerca del trabajo que hiciste en la clase ayer. —Se encogió de hombros, sin dejar de mirarme.
Gruñí. —Estaba dormida; no hice nada, escribí algo que entregar —lo dije defensivamente—. Adivino que está todo mal.
—¿Tienes algún problema con Cálculo? —preguntó, inclinando su cabeza de maestro hacia atrás.
Gemí. —Sí, sinceramente no puedo hacerlo. Sólo podrías reprobarme ahora y ambos nos ahorraríamos el esfuerzo —sugerí esperanzada. Entonces no tendría que venir a su clase.
Él negó con la cabeza con firmeza. —¿Qué tal si consigues un tutor? Me ofrecería a hacerlo, pero no creo que eso sea lo apropiado. —Frunció el ceño, como si lo pensara. —Mirando los trabajos de ayer encontré una chica que se llama Candela Vetrano y que es muy buena en eso.
De repente me di cuenta de lo que había dicho. ¿Candela Vetrano dándome clases particulares? La odiaba. Ella nos había molestado a Euge y a mí cuando empezamos el instituto. Era una perra a quien le gustaba hacer que la gente viviera en un infierno. No podía tenerla a ella haciéndolo y sabiendo que yo era mala en algo; seguramente se aseguraría que todos supieran lo mala que era. Me avergonzaría a propósito.
—No, ella no, por favor —le supliqué.
Él soltó un gran suspiro. —Bueno, otro que podría ayudarte seria Gatón Dalmau, pero no creo que esa sea una buena idea tampoco. —El frunció el ceño, como si estuviera un poco molesto por algo. Porque esa no era tan mala idea.
—Definitivamente prefiero a Gastón, aunque él trató de explicármelo todo ayer y aun así no le entendí. Una ola de humillación me golpeó. Dios, soy tan estúpida ¿Por qué la asignatura que peor se me daba tenía que impartirla él? Apuesto que se está preguntando qué es lo que vio en mí… pero por otra parte él no tenía ningún sentimiento por mí, probablemente lo que vio en mí fue un rollo fácil.
—Bueno, viendo que ya tenemos una semana, te puedo ayudar durante esta semana y luego podemos ver cómo te va, ¿te parece bien? —dijo sonriendo amablemente.
—De hecho, prefiero simplemente suspender. —Negué con la cabeza con rechazo. No podría estar tan de cerca de él, era demasiado doloroso.
—¿Qué significa eso?
Suspire. —Sólo necesito que te mantengas alejado de mí; no puedo estar hablando contigo todo el tiempo. Déjame seguir adelante con esto y lo solucionaré de alguna manera. No necesito tu ayuda —contesté, poniéndome los auriculares nuevamente. Parecía un poco dolido cuando encendí la música y la puse más alta. Sin tratar de hablarme otra vez, se levantó y colocó una pequeña bolsa de papel marrón en mi mesa, antes de irrumpir en su escritorio sin mirarme. Levanté la mirada para verlo comiendo de una envoltura con el suyo así que obviamente no era de él. ¿Por qué está siendo así? No compraría al almuerzo para otro estudiante, así que ¿por qué lo estaba haciendo conmigo? Mi bolsillo vibró, saqué mi teléfono y vi un número desconocido parpadeando en la pantalla. Contesté rápidamente.
—Hola —susurré, hundiéndome hacia abajo en mi asiento tratando de pasar desapercibida.
—Hola, Lali. Soy Vico.
—Ah, hola, um, este no es un buen momento —susurré, cerrando mis ojos.
—¿En serio? Creí que sería tu hora del almuerzo —contestó, sonando un poco asombrado.
—Lo es, pero tengo castigo. Fue tu hermano. Tengo para toda la semana.
Él soltó una carcajada. —¿Estás ahí con él, ahora mismo? Eso es demasiado divertido. Guau, hablo para importunar.
Una arruga se alineó en mi frente. —Que te jodan, no hay nada ni remotamente gracioso acerca de esta situación —contesté enojada.
—Guau, Lali, cálmate. Lo siento, solo estaba bromeando. Escucha, solo llamaba para ver cómo quedamos para lo de la película. Su voz era de disculpa por lo que sentía que mi molestia desaparecía.
—Si vas a seguir haciendo eso, entonces no estoy tan segura de querer salir contigo. —Repliqué, haciendo un mohín aún cuando sabía que él no podía verme.
—Bueno, eso está muy mal. Te recojo del instituto el viernes. ¿Terminas a las tres en punto, correcto? —preguntó. ¿Viernes? Aun no estoy lista para salir. Prefiero enroscarme en la cama y comer chocolate todo el fin de semana.
—¿Qué? No, no quiero ir el viernes.
Él río enigmáticamente. —Bueno tiene que ser el viernes porque echaré un polvo el sábado.
—Eres un cabrón —bromeé.
—Sí, pero ser un cabrón es mucho más divertido. Bien entonces, a las tres en punto el viernes.
—Vico, no —dije entre dientes él colgaba. —Maldita sea —gemí y deje caer más o menos el teléfono en la mesa, deseando que la tierra se abriera y me tragara, sacándome de mi miseria.
—¿Era una llamada de emergencia? —pregunto Peter, con voz áspera.
—No, era una llamada de consuelo sexual —bromeé, esperando que él riera. No lo hizo. En su lugar, se levantó de su escritorio y caminó hacia mí, agarró mi teléfono de la mesa y lo metió en su bolsillo.
—Las llamadas personales no se permiten en el instituto a menos que sean una emergencia —replicó, encogiéndose de hombros y caminando de nuevo a su escritorio—. Lo puedes recuperar al final del día.
—¿Me estás tomando el pelo? ¿Disfrutas molestándome? ¿Por qué estás haciendo esto, Peter? En serio, te has convertido en un ¡maldito idiota! —Exclamé, saltando de mi asiento y metiendo enojada mis cosas en mi mochila, saqué diez dólares de mi bolsillo, caminé hacia su escritorio y los dejé caer de golpe—. Esto por el almuerzo.
Él me miró. —Aún te queda media hora de castigo.
—Pues reportame, maldita sea —espeté, mirándolo nuevamente. Él no dijo nada más así que me di la vuelta y salí, dirigiéndome a la cafetería, encontrando a mis amigos sentados aún conversando en el almuerzo. Euge me miró confundida mientras caminaba hacia ellos.
Otroooooooooo
ResponderEliminarMe encantaaaaa
Asfsfgghgferugfb a peter que fuck le pasa?
Espero mas
Hoy subirás otro???
Besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue le pasa a peter????
ResponderEliminarMAS!!!:D
ResponderEliminarsube massssssssssss
ResponderEliminarme encantooooooooooooo
ResponderEliminarsube otroooooooooooooo
ResponderEliminarme encanta la nove
peter esta siendo un tarado
Mmmmaassss
ResponderEliminarsube massssssssssssssss
ResponderEliminarme da penita lali D:
ResponderEliminarSUBE MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarMAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
ResponderEliminarMás
ResponderEliminarOtro
ResponderEliminar15!!!
ResponderEliminar@/ subee
ResponderEliminarotroooo
ResponderEliminarLali lleva razón parece que le gusta mortificarla... es un imbecil
ResponderEliminarQUIERO MAS NOVE!!! me muero de la risa con Vico jajajaja es muy claro y directo y para nada oculta cosas jajajaja
espero mas noveee BESO!
mas nove!! aunq me gustaria saber q m... le pasa a peter aparte el dijo q no la amba mas noveee x fas
ResponderEliminarCon un par Lali.Ahora Peter puede ver todo lo k ella lleva en el movil
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